Hablando con la agencia de noticias Lusa, André Facote, fundador de la startup Skizo, explicó que en el primer aniversario de la compañía, en marzo de 2020, fueron "desafiados" por la pandemia del covid-19.

Con las ventas en el territorio nacional, que representan el 60 por ciento del volumen de negocios de la startup, detenidas "durante dos meses", la empresa, que convierte el plástico recogido en los océanos en calzado a medida, decidió "arremangarse" y "reinventarse".

"Fuimos desafiados, porque teníamos cerca personas que tenían habilidades de costura pero no tenían un plato de sopa para comer. Fue entonces cuando empezamos a producir mascarillas", dijo.

En mayo, con las ventas de zapatillas "recuperándose lentamente" y las mascarillas ya certificadas, Skizo comenzó a producir, con la ayuda de costureras portuguesas, a vender el modelo de nivel 3, comúnmente conocido como de uso comunitario.

Este modelo de mascarillas de dos capas consiste en un 44 por ciento de algodón orgánico y un 56 por ciento de hilo que proviene del plástico recogido del océano. Según André Facote, cada mascarillas de este tipo equivale a "unas dos botellas de plástico".

Además de este modelo, Skizo comenzó a principios de septiembre a producir mascarillas de nivel 2 certificadas para uso profesional y que equivalen a "unas cinco botellas de plástico".
Hasta el momento, André Facote dijo que la startup, que produce según la demanda, ha vendido más de 4.000 mascarillas certificadas por CITEVE por 25 lavados, por AITEX (España) por 50 lavados y por EUROFINS (Unión Europea) por 100 lavados.

Desde la fundación de Skizo, ha revelado que para las zapatillas, bolsas y mascarillas, "se ha retirado casi una tonelada de plástico de los océanos, lo que equivale a más de 28.000 botellas de plástico".

Facote también le dijo a Lusa que la empresa estaba "recuperando" las ventas, y que este mes podría incluso alcanzar el "récord de ventas" de enero con más de 46 pares de zapatillas vendidas. TPN/Lusa