En una conferencia de prensa celebrada en Lisboa, el Primer Ministro, António Costa, presentó las normas de un nuevo cierre que abarca a todos los comercios, "excepto los establecimientos autorizados". "Se suspenden las actividades de comercio y servicios en los establecimientos abiertos al público, con la excepción de los que suministran bienes o prestan servicios esenciales", se lee en la declaración del Consejo de Ministros, que tuvo lugar esta semana.

En marzo del año pasado, cuando se declaró el estado de emergencia y se obligó a las librerías a cerrar sus puertas, se permitió su apertura si realizaban ventas a través de "postigo", como justificó el Ministro de Cultura de la época, considerando que los libros son también un producto de primera necesidad. Preguntado si esta posibilidad estaba atendida en este nuevo encierro, el Ministerio de Cultura confirmó a la agencia Lusa que las librerías podrán vender a través del "postigo".

Mientras tanto, António Costa se refirió al anuncio del cierre de "un conjunto de medidas de apoyo a los sectores especialmente afectados", que será presentado por el Ministro de Cultura y el Ministro de Economía. Contactada por Lusa, la Asociación Portuguesa de Editores y Libreros (APEL) se negó a comentar las medidas anunciadas, prefiriendo esperar a conocer todas las normas y el apoyo que se ofrece al mercado del libro.

Según los últimos datos sobre la venta de libros en Portugal, facilitados por la consultora Gfk, a finales de octubre la industria del libro se había recuperado parcialmente de la abrupta caída que registró debido a la pandemia, pero ya tiene pérdidas de 7,5 millones de euros.