Pero puede ser útil conocer a este intruso interno. ¿Qué ocurre en el cuerpo cuando la ansiedad ataca? ¿Cómo hay que manejar la montaña rusa? ¿Y cómo se puede aliviar la situación con el tiempo? Cuando aparece la ansiedad, ¿qué ocurre?

El pánico, esa conocida oleada de miedo... Estas sensaciones aterradoras no alivian la aparición de la ansiedad. A menudo, los síntomas físicos que acompañan a esas sensaciones iniciales de malestar pueden convertirse en una bola de nieve que desemboque en un modo de pánico total. Entonces, ¿qué ocurre realmente en tu cuerpo?

Aunque no lo parezca, "el cuerpo está activando una respuesta muy sofisticada", dice la experta en fitness Laura Williams, que tiene un título adicional en Concienciación sobre la Salud Mental: "Los procesos químicos que ayudan a responder a un miedo real o imaginario son muy amplios, e incluyen la dopamina, la serotonina y la adrenalina".

"La respiración se acelera, el ritmo cardíaco aumenta y se pueden experimentar palpitaciones y sudoración, molestias digestivas, dolores de cabeza y/o pérdida de apetito. Esto puede provocar fatiga, problemas de sueño y dolores musculares".

Además, dice, la ansiedad está relacionada con afecciones a largo plazo como el insomnio, los problemas digestivos y el dolor crónico; la depresión o el abuso de sustancias.

La ansiedad también puede ser un síntoma de una afección no relacionada, como la diabetes, la tiroides y las enfermedades cardíacas.

En cuanto a las soluciones, Williams sugiere un enfoque doble.

Soluciones a corto plazo
Imagínate la escena: sientes miedo ante una situación próxima. La ansiedad se apodera de ti y lo que empezó como un susurro de inquietud toma ahora la forma de un miedo desgarrador que amenaza con dejarte clavado en el sitio hasta que pase. ¿Qué debes hacer?

"Haz una pausa", aconseja Williams, "sé implacable con esa mente acelerada mientras inspiras contando hasta cuatro y espiras contando hasta cuatro, sin concentrarte en nada más. Si puedes, hazlo durante un minuto entero.

Ahora que has ganado algo de tiempo, pregúntate: "¿Estoy en verdadero peligro o hay una pequeña posibilidad de que esto sea un poco como una alarma defectuosa de un coche?

"Si puedes, camina unos pasos. Concéntrate sólo en la sensación de tus pies en el suelo debajo de ti. Y luego intenta pasar a la siguiente tarea. Tanto si se trata de asistir a una reunión de trabajo, como de dar un paseo o ir a la tienda, intenta dar ese paso valiente hacia la siguiente parte de tu día".

Estrategias a largo plazo
"Considera la posibilidad de convertirte en el jefe de tu ansiedad", señala Williams. "Tu narración podría ser algo así: 'Sí, sé que sufro contigo, ansiedad, pero a partir de ahora, serás conocido como La Palabra A. Eres un síntoma y te trataré como tal. Soy yo quien hace los planes y decide si los cancelamos, los cambiamos o los seguimos. Puedes bombear todas las sustancias químicas que quieras, pero debes saber esto: la vida seguirá".

Williams también respalda la adquisición de un hábito de ejercicio regular. "No es necesario hacerse amigo del burpee o suscribirse al movimiento de spinning: algo tan factible como una caminata rápida o un trote ligero puede promover una actividad química cerebral suficiente para mejorar tu estado de ánimo y distraerte con éxito", dice. "Dedica un mínimo de 15 minutos al día a una actividad que eleve tu ritmo cardíaco".

También merece la pena probar el mindfulness, algo que casi todos conocemos ahora, pero que pocos hacen bien: "En sus términos más sencillos, el mindfulness es la práctica de permanecer en el momento presente. Al centrarse en las sensaciones corporales, los sentimientos y los pensamientos (procesos de pensamiento, más que en el contenido de los mismos), la cabeza acelerada y las tripas revueltas pueden remitir", dice Williams. "Desarrollar una actitud y una respuesta instintivas de atención plena requiere práctica, pero los efectos serán evidentes desde el principio".

También es muy importante crear una red. No sólo de amigos, sino de todo tipo de aliados. "Un grupo de apoyo a la ansiedad puede ser útil a la hora de expresar tu experiencia de ansiedad", aconseja Williams, "el poder de identificación es enorme y se te ofrecerán soluciones. O puedes unirte a un grupo de voluntariado local. Puede que salvar el mundo no esté en tu agenda, pero los grupos de voluntariado suelen atraer a personas cálidas, acogedoras y competentes que proporcionan el antídoto perfecto, en un nuevo entorno, para la meditación y proyección."