Si el presidente promulga la ley, Portugal será el cuarto país de Europa en legalizar la eutanasia, aunque una asociación médica ha declarado que no es el mejor momento para debatir esta cuestión tan emotiva.

El proyecto de ley, aprobado por el Parlamento, prevé que la muerte médicamente asistida pueda ser solicitada por un ciudadano nacional o residente "mayor de 18 años, que haya manifestado su voluntad en reiteradas ocasiones, de forma informada, libre y consciente, en situación de sufrimiento intolerable, con lesión definitiva de extrema gravedad de acuerdo con el consenso científico o enfermedad incurable y mortal".

El paciente siempre podrá cambiar su decisión y detener el proceso y, si por cualquier motivo, pierde la conciencia, la eutanasia se suspenderá automáticamente.

En el proceso intervienen muchos especialistas: un comité de verificación y evaluación para asegurar el cumplimiento de la ley; un médico elegido por el paciente, un especialista en la enfermedad del paciente y un psiquiatra para asegurarse de que el paciente es capaz de tomar decisiones. Hay que recordar que ningún médico puede ser obligado a participar en la eutanasia: siempre puede invocar su objeción de conciencia.

Hasta ahora en Portugal, la muerte asistida no está tipificada como delito con ese nombre, pero su práctica puede ser castigada por tres artículos del Código Penal: homicidio privilegiado, homicidio a petición de la víctima y delito de incitación o ayuda al suicidio. La pena máxima puede ser de hasta cinco años de prisión.

Sin embargo, hay algunos grupos que están en contra de esta legalización y ya han hecho saber sus objeciones, entre ellos los sacerdotes católicos de la Conferencia Episcopal Portuguesa: "No podemos aceptar que la muerte causada sea una respuesta a la enfermedad y al sufrimiento. Aceptarlo es renunciar a luchar y aliviar el sufrimiento y transmite la idea errónea de que una vida marcada por la enfermedad y el sufrimiento no merece protección y se convierte en una carga para uno mismo, para los que le rodean, para los servicios sanitarios y para la sociedad en su conjunto", afirman los obispos portugueses en un comunicado.

La eutanasia depende de la decisión del presidente
Ahora, le corresponde al presidente reelegido dar la última palabra sobre la ley. Marcelo Rebelo de Sousa es católico y sus convicciones personales podrían ser contrarias a la aprobación de esta nueva norma. Todavía no ha anunciado su decisión.
El Presidente de la República portuguesa tiene poder de veto y promulgación tras la aprobación del Parlamento. Esto significa que todavía puede ejercer su poder de veto para detener la legalización de la eutanasia.

Esto puede tener lugar de dos maneras posibles. El presidente puede ejercer su veto político, que debe ser justificado y la ley vuelve entonces al parlamento. En ese caso, el parlamento puede volver a aprobar el proyecto de ley y éste entrará en vigor, sin importar la opinión del presidente. También puede aplicar su veto legal, esto significa que tiene una sospecha de actos inconstitucionales y en este caso el tribunal constitucional investigará la conformidad de esta norma con la Ley Fundamental portuguesa, concretamente en relación al artículo 24º que dice que la Vida Humana es inviolable.

¿Dónde es legal la eutanasia?
Además de Portugal, la eutanasia ya ha sido legalizada, con algunas diferencias legales, en los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. En España se aprobó una ley en diciembre de 2020, pero se espera una votación en el Senado, que podría ocurrir en el primer trimestre de 2021.

En Suiza, la práctica de la eutanasia (muerte asistida por profesionales de la salud) está prohibida, pero desde 1940 la ley permite el suicidio asistido. La diferencia es que en el suicidio asistido es el paciente quien se autoadministra el medicamento letal.

En Canadá y en cinco estados de Estados Unidos -Oregón, Vermont, California, Washington y Montana- la eutanasia también está despenalizada. Lo mismo ocurre en dos países sudamericanos: Uruguay y Colombia.

En Australia esta práctica está permitida en el Estado de Victoria y en octubre de 2020 Nueva Zelanda votó, en referéndum, a favor de la despenalización.

"Un momento inoportuno para decidir sobre la Eutanasia"
Según Carlos Diogo Cortés, presidente del Consejo Regional del Centro del Colegio Médico muchas personas confunden conceptos como distanasia, ortotanasia y eutanasia: "Desde nuestro punto de vista hay una falta de información para la opinión pública y para quienes deciden, (Asamblea de la República), porque hay aspectos técnicos relacionados con la eutanasia" que la gente malinterpreta, dijo.

"Mucha gente piensa que la eutanasia es dejar morir a una persona cuando está en un estado en el que no tiene capacidad para mantener la vida, y hay profesionales que mantienen a las personas con vida más allá de lo que sería correcto, obligando a estas personas a vivir en base a procesos técnicos, pero esto no es eutanasia", explicó Carlos Diogo Cortes, señalando que mantener a una persona con vida mediante procesos técnicos (distanasia) no está permitido en Portugal.

Además, la asociación médica considera que el momento de la aprobación no fue el correcto: "En este momento todas las opiniones se centran en un problema de salud pública que es el covid-19 y la lucha contra la pandemia. Por lo tanto, es un momento absolutamente inoportuno para que la Asamblea de la República decida sobre un tema que divide tantas opiniones sin que haya oportunidad de un debate serio".

A pesar de no estar de acuerdo con el momento, el Colegio de Médicos no se pronuncia en una sola voz sobre la eutanasia: "Hay profesionales que están de acuerdo y hay otros que están en contra de la eutanasia", dijo Carlos Diogo Cortes a The Portugal News.


Author

Paula Martins is a fully qualified journalist, who finds writing a means of self-expression. She studied Journalism and Communication at University of Coimbra and recently Law in the Algarve. Press card: 8252

Paula Martins