The Open Oximeter ha sido desarrollado por un equipo de ingenieros y científicos de la Universidad de Bath. Lo puede crear cualquiera con una impresora 3D y conocimientos básicos de electrónica, y su fabricación cuesta menos de 10 euros. Los creadores del sensor, que se basa en dispositivos comerciales ya existentes, afirman que monitoriza con precisión los niveles de oxígeno en sangre de una persona. Se lleva en una pinza para el dedo y mide el reflejo de diferentes longitudes de onda de la luz, haciendo un seguimiento de la frecuencia cardíaca del usuario y del porcentaje de oxígeno saturado. El diseño -que comprende un sensor, la electrónica de lectura y el software- se ha publicado en el Journal of Open Hardware, con archivos compartidos en GitLab.

El profesor Peter Wilson, del Departamento de Ingeniería Electrónica y Eléctrica de la Universidad de Bath , declaró: "La monitorización de la saturación de oxígeno en sangre se ha convertido en una parte fundamental de la atención a los pacientes durante la pandemia, con especial atención a la alerta temprana de enfermedades graves, por lo que la demanda de oxímetros de pulso en todo el mundo es enorme.

"Esperamos que, al compartir este diseño de código abierto, los proveedores de servicios sanitarios puedan producir rápidamente más sensores a un coste razonable".

El equipo trabaja ahora con la Universidad de Cambridge para desarrollar dedos artificiales de bajo coste, conocidos como fantasmas, que puedan utilizarse para calibrar y validar los oxímetros.

Estos ayudarán también a resolver el problema de los sesgos raciales en los oxímetros, que funcionan mejor con las personas de piel más clara.

El Dr. Ben Metcalfe afirmó: "No se puede exagerar la importancia de las mediciones precisas.

Un estudio reciente publicado en el New England Journal of Medicine identificó claramente el sesgo racial presente en los oxímetros actuales, que sobrestiman de forma preocupante la saturación de oxígeno entre los pacientes que identifican su raza como negra".

"Es bien sabido que la calibración de los oxímetros de pulso, especialmente para los niveles bajos de saturación de oxígeno que se observan en muchos pacientes de covid-19, es un reto técnico.

"Creando materiales impresos en 3D con propiedades ópticas conocidas podemos desarrollar fantomas que permitan la calibración a estos niveles de oxígeno más bajos".

El equipo recibió financiación del fondo de ex alumnos de la Universidad de Bath.
TPN/PA