El Reino Unido elevará el techo de su arsenal de ojivas nucleares de 180 a 260, lo que supone un aumento de alrededor del 45%, según el documento, que será presentado en el Parlamento por el Primer Ministro, Boris Johnson.

La decisión pone fin a una política de desarme nuclear gradual que se ha mantenido durante unos 30 años, aunque no es habitual revelar públicamente el número exacto de cabezas nucleares o misiles.

"Dada la evolución del entorno de seguridad, incluida la creciente gama de amenazas tecnológicas e ideológicas, ese [desarme nuclear gradual] ya no es posible y el Reino Unido tendrá ahora un arsenal general de armas nucleares de no más de 260 ojivas", razona.

La revisión integrada de la seguridad, la defensa, el desarrollo y la política exterior tiene como objetivo establecer la visión del Reino Unido tras el "Brexit" para las asociaciones internacionales, al tiempo que reevalúa las amenazas para el país.

En el documento de 100 páginas, el gobierno británico, país especialmente afectado por la pandemia del Covid-19, admite el riesgo de una nueva pandemia en la próxima década, afirmando que "es probable que los brotes de enfermedades infecciosas sean más frecuentes para 2030".

Se identifica a China como "la mayor amenaza en términos estatales para la seguridad económica del Reino Unido", describiendo al país como un "competidor sistémico".

"Es probable que el creciente poder y la asertividad internacional de China sean el factor geopolítico más significativo de la década de 2020. El tamaño y el alcance de la economía china, el tamaño de la población, el avance tecnológico y la creciente ambición de proyectar su influencia en la escena internacional, por ejemplo a través de la Nueva Ruta de la Seda, tiene profundas implicaciones internacionales", reza el documento.

Sin embargo, Londres promete mantener el diálogo y la apertura al comercio y la inversión del gigante asiático, y subraya que "la cooperación con China puede ser vital para abordar los desafíos transaccionales, en particular el cambio climático y la pérdida de biodiversidad".

La nueva estrategia diplomática y militar tiene pocas referencias a la Unión Europea, de la que el país ha salido en conflicto en algunas áreas, proponiendo reenfocar al Reino Unido en la región del Indo-Pacífico, que califica como el "centro de gravedad geopolítico" del mundo, promoviendo un acercamiento con países como Australia, India, Japón y Corea del Sur.