Sin ser una realidad exclusiva del continente europeo, este retraso en los consulados europeos ha llevado a la desesperación a muchos emigrantes, sobre todo a los que tienen negocios que dependen de ciertos documentos, como en el sector inmobiliario.

El Reino Unido es un buen ejemplo de que las cosas van mal, según Pedro Rupio, presidente del Consejo Regional de Comunidades Portuguesas en Europa.

Residente y consejero en Bélgica, donde vivían 37.376 portugueses en 2019, Pedro Rupio asegura que ha recibido varias quejas de portugueses que están teniendo dificultades para empadronar a sus hijos, con trámites relacionados con la tarjeta ciudadana y también con documentos para poder viajar.

Este consejero destaca la importancia de las herramientas digitales que están a disposición de estos ciudadanos en la actualidad y que evitan desplazamientos y mayores tiempos de espera, pero lamenta la falta de información.

Sin embargo, destaca que lo digital no sustituye a las personas y afirma que "aunque cada vez hay más herramientas digitales, sigue siendo más ventajoso acudir a Portugal para resolver cuestiones administrativas, lo que tiene un coste, como el desplazamiento, los días de vacaciones, etc".

Una situación que, según él, ya existía antes de la pandemia y que el covid-19 ha visto empeorar.

En el Reino Unido, donde vivían 165.000 portugueses en 2019, el consejero António Cunha ha recibido tantas quejas de portugueses descontentos con el servicio de los consulados que se pregunta: "¿Qué es el Consulado de Portugal?"