Los agentes de la PSP controlarán la llegada de los vuelos procedentes de la Unión Europea y los agentes del SEF controlarán los vuelos procedentes de fuera de la zona europea.

Las compañías aéreas son responsables de comprobar si los pasajeros tienen una prueba de PCR negativa realizada en las 72 horas anteriores a la salida. En caso de infracción, podrían aplicarse multas de entre 500 y dos mil euros por pasajero.