Durante la lectura de la sentencia, el juez dijo que todos los hechos estaban probados.

Sin embargo, el acusado fue declarado no responsable de sus actos por padecer una enfermedad mental.

El tribunal también declaró al acusado peligroso, habiendo decidido internarlo en una institución psiquiátrica por un periodo de entre dos y cinco años.

Además del delito de violencia doméstica, el acusado fue acusado de tres delitos de robo, uno de ellos en grado de tentativa, y de un delito de daños, que fue retirado por la querella.

El escrito de acusación del Ministerio Público (MP) señala que el acusado consumía drogas y se negaba a tomar la medicación, habiéndose vuelto agresivo e iniciado discusiones "fuertes" con su abuela desde julio de 2020.

El acusado también habría amenazado de muerte a su abuela en varias ocasiones, comenzando a exigirle dinero diariamente, que la víctima le entregaba por temor a que le hiciera daño.

El MP asegura que estas conductas agresivas se repetían "casi a diario" en el interior del domicilio, dejando a la víctima "humillada y aterrorizada".

Uno de los episodios más violentos ocurrió el 10 de agosto de 2020, cuando la abuela denunció la situación.

Al percatarse de lo ocurrido, el acusado insultó a la víctima e intentó darle un cabezazo, pero fue detenido por los vecinos que escucharon la discusión y acudieron a calmar al acusado.