"El gobierno, porque había más casos en Lisboa, tomó algunas medidas restrictivas para la Gran Lisboa en el fin de semana", como la prohibición de movimiento dentro y fuera de la región, el cierre de los restaurantes antes, "pero no sirvió para contener la infección, porque "la variante Delta ya se extiende por todo el país", dijo Miguel Guimarães, en declaraciones a la agencia de noticias Lusa.

La variante Delta, subrayó, "se propaga porque el virus no descansa durante la semana, no tiene días de descanso y, por lo tanto, esta visión de las cosas, es una visión que no funciona".

"Tal vez ni siquiera sea necesario confinar Lisboa, hay que empezar a imponer normas más estrictas a través de la educación de las personas, para que cumplan las normas de la Dirección General de Salud", defendió el presidente de la Asociación Médica Portuguesa (OM).

Miguel Guimarães destacó que la mascarilla es necesaria, pero que hay "demasiada gente" sin ella, lo que consideró "un error", así como que es necesario que la gente cumpla con la distancia y mantenga el nivel de higiene.

También abogó por "unas normas estrictas" para los eventos con más personas, de forma que tengan que hacerse un test rápido de antígeno, que ahora comparte el Estado.

"Hay un conjunto de herramientas que debemos utilizar para que la economía siga funcionando y para proteger la salud y eso empieza por la matriz [de riesgo], dijo, y añadió que "en poco tiempo" la OM tendrá una "matriz ya establecida" que tiene en cuenta "varios parámetros" porque la situación ha cambiado.

En su opinión, es necesario asociar a la matriz "nuevas medidas" "absolutamente imprescindibles", como apelar a la gente para que se vacune.

"Echar una mano al 'task force' a través de instituciones de ámbitos completamente diferentes, deportes, cultura, etc., para que aparezca y motive a la gente a vacunarse porque hay un gran número de personas que no se están vacunando" y "no son sólo las personas que se niegan por SMS a la vacunación, son también las que no aparecen con convocatoria del SNS y son "un número muy elevado", dijo.

Un "mensaje fuerte" que también hay que transmitir es que incluso los vacunados deben llevar mascarilla: "Hay mucha gente vacunada sin mascarilla, lo que es un error. Tenemos que seguir educando a la gente en este sentido", reiteró.

Otra medida es "utilizar masivamente" las pruebas rápidas de antígenos en "una enorme gama de actividades" para controlar los brotes en bodas, bautizos, actividades culturales y deportivas, dijo.

Mencionó que el cierre de los colegios por vacaciones puede ser "una gran ayuda" en esta difícil lucha debido a la variante Delta, "mucho más contagiosa", lo que significa que para lograr la inmunidad de grupo, el porcentaje de personas vacunadas tendrá que superar probablemente el 90 por ciento.

Por ello, sostuvo, es necesario tener "una forma de actuar diferente" a la que tuvo el país en las otras "fases agudas" de la epidemia, sin tener "grandes medidas de bloqueo, que en este momento pueden no ser precisamente beneficiosas en términos globales".

"Hay que tener estas medidas alternativas y empezar a hacer una vigilancia efectiva, que creo que siempre ha fallado", dijo.

Para él, es necesario que haya "una gran ayuda mutua" entre los que pueden contribuir en este asunto, para educar a la gente a entender que "para seguir estando juntos, para seguir haciendo lo suyo, es imprescindible cumplir las normas".