"En el primer año (2020) hubo una demanda muy grande, que hizo subir los precios y todos los operadores del sector se beneficiaron. En esta campaña, la demanda no es tan acentuada, pero la producción fue mayor y no podemos quejarnos", dijo a Lusa el presidente de la Cooperativa Agrícola de Citricultores del Algarve (Cacial).

Para José Oliveira, el hecho de que el sector no se haya visto afectado por la pandemia como otros sectores, haría que fuera "casi un crimen quejarse de algo" en relación a la actividad en estos dos años de pandemia. La profesionalización de productores y operadores es la principal razón de la mejor "salud" del sector, que se traduce en una mayor rentabilidad para todos.

"Hemos tenido prácticamente un oasis en las dificultades económicas que atravesaron casi todos los sectores de la economía. Han sido dos años de descanso en términos de comercialización", añadió.

Según el dirigente, la idea de que la vitamina C "ayuda en la lucha contra el Covid" hizo que los precios acompañaran a la demanda" en el primer año de la pandemia.

En cuanto a los brotes entre los trabajadores agrícolas, dijo no tener "conocimiento de ningún problema grave" y afirmó que los productores están trabajando con las autoridades sanitarias para "poner en marcha planes de vacunación que cubran a los trabajadores extranjeros de la región".

La clasificación como Indicación Geográfica Protegida (IGP), la apuesta por la marca y la exportación de las naranjas del Algarve es un "reconocimiento de su calidad" que se traduce en "mucha demanda" del exterior, y el hecho de que "el 20 por ciento de la producción se exporte" como alternativa al mercado interior.

Frusoal, la organización de productores de cítricos de Portugal, también confirmó a Lusa la "fase positiva" de la campaña buena de 2020, con un "aumento de los precios", pero advirtió que la de 2021 "no está funcionando de la misma manera".

Según el socio director de Frusoal, Pedro Madeira, este año el consumo y los precios son "sustancialmente más bajos" que en 2020, pero su preocupación se centra en el "descenso del consumo de fruta en términos generales", que puede representar "cierto miedo al mañana" por parte de los consumidores.

La baja producción de las variedades que comenzarán a comercializarse en unas semanas, da cierta esperanza a los operadores de poder experimentar "tranquilidad a lo largo de la campaña", pero se mantiene la preocupación "con lo que pueda venir", dijo.
Tanto José Oliveira como Pedro Madeira señalaron la necesidad de "aumentar la superficie de producción", ya que "la demanda es mayor que la oferta" y Portugal necesita importar cítricos.

A largo plazo, la preocupación se centra en la necesidad de encontrar soluciones a la "escasez de agua", esencial para la producción de fruta, pero también para la principal actividad económica de la región, el turismo.

Ambos operadores consideran "escasos" los fondos indicados en el Plan de Recuperación y Resiliencia (PPR) para resolver el déficit hídrico del Algarve. Aplauden la construcción de la tubería que traerá agua del río Guadiana, pero se unen en la defensa de la necesidad de construir otra presa para garantizar el suministro de agua y la "resiliencia" de la región.