"Esta aventura es el reto más atrevido que he desarrollado. La idea es desarrollar un barco de vela reutilizado y adaptado para ser arrastrado por una 'cometa', que es mi especialidad, el kitesurf", explicó Lufinha en declaraciones a la agencia Lusa.

En un "desafío" que "mezcla el kitesurf con la vela", el deportista de 37 años realizará una "travesía en solitario del Atlántico" en un 'kiteboat' (pequeña embarcación), "sin ningún barco de apoyo".

"La idea es ir de Portugal al Caribe, una travesía del Atlántico de unas 3.600 millas náuticas que son más o menos 6.700 kilómetros. Directo, sin paradas, solo", explicó, sobre la Misión Atlántica EDP.

El barco, construido especialmente para la expedición, tiene "tres cascos para ser más ligero y rápido" y será impulsado por "la fuerza del viento".

Francisco Lufinha tiene previsto iniciar el viaje durante el mes de noviembre, ya que los vientos en el Atlántico Norte "son más estables" en esa época.

"Sería muy feliz si pudiera hacer el viaje en tres semanas. Es posible hacerlo en menos, pero también podría llegar a cuatro, cinco semanas", añade.

El deportista, que ostenta el récord mundial del viaje más largo de 'kitesurf' sin parar desde 2015, tendrá que dormir en "tempo", "sentado" y "ligeramente inclinado hacia atrás".

"He desarrollado con un alemán un [sistema] de pilotaje que controla la 'cometa' por sí misma. En una primera fase es electrónico: tengo un joystick en lugar de estar tirando del brazo. Este piloto, que todavía estamos probando, lleva la cometa en el aire haciendo algunos círculos por sí mismo para que yo pueda dormir en movimiento", dice.

Y añade: "todo esto se alimenta de paneles solares, que también llevo en el barco, unos 700 vatios de paneles, y un hidrogenerador, una hélice que con mi velocidad genera energía".

Sobre la preparación de la expedición, Francisco Lufinha dice que él mismo ha estado "desarrollando el barco", como si fuera un "mecánico o un electricista", para la eventualidad de tener que realizar reparaciones durante el viaje.

El recorrido del kitesurfista se mostrará en tiempo real en la web de EDP y el deportista estará en comunicación con la Marina portuguesa para "prevenir cualquier incidente".

"En caso de un accidente, que siempre puede ocurrir, como chocar con un obstáculo o un contenedor hundido -tenemos que prever estos escenarios-, tengo una serie de equipos de seguridad que puedo activar para que los barcos que están cerca sepan dónde estoy", señaló.

El deportista se alimentará con comida deshidratada, "casi en polvo", y transformando el agua salada del mar en agua dulce, llevando para ello dos desalinizadores.

"La gente dice mucho que es una locura. No me gusta la palabra locura porque puedo pasar por loco, diría que es una cosa atrevida, pero con pies y cabeza porque hemos pensado en muchos escenarios", concluyó.