"Los fenómenos y patrones meteorológicos extremos que hemos visto en los últimos años, por no hablar de las últimas semanas, subrayan la mayor urgencia con la que debemos afrontar la crisis climática", afirmó el investigador Philip Duffy, coautor del estudio y director ejecutivo del Centro de Investigación Climática Woodwell, con sede en Massachusetts. Los investigadores, también de la Universidad de Oregón y del Instituto de Ciencias Biológicas de Virginia, resumieron las conclusiones en una serie de artículos publicados en la revista BioScience, y todos coincidieron en que los efectos de la crisis climática son demasiado evidentes. Entre las señales de alarma, los investigadores señalaron que 2020 fue el segundo año más cálido registrado, mientras que los cinco años más cálidos de la historia se han producido desde 2015.

Además, tres de los principales gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, alcanzaron concentraciones atmosféricas récord el año pasado y también este año. "Cada vez hay más pruebas de que nos estamos acercando o hemos superado los puntos de inflexión asociados a partes importantes del sistema terrestre, como los arrecifes de coral de aguas cálidas, la selva amazónica y las capas de hielo de la Antártida Occidental y Groenlandia", señaló. El profesor de ecología de la Universidad de Oregón, William Ripple.

Los científicos han comprobado que la coincidencia de tantos informes de eventos naturales extremos, como los incendios en California o las inundaciones en Europa Central, responde al rápido deterioro del clima. Como ejemplo, citaron los cuatro millones de hectáreas que ardieron en Estados Unidos en 2020 o el millón de hectáreas perdidas en la Amazonia brasileña en el mismo año.

"Las políticas para combatir la crisis climática o cualquier otro síntoma deben abordar la razón: la sobreexplotación humana del planeta", advirtió Ripple.

Los autores del estudio sugirieron que serán necesarios cambios profundos en el comportamiento humano para hacer frente a los desafíos de la "crisis climática", un término acordado por más de 11.000 científicos en 2019 para referirse a lo que antes se conocía como "calentamiento global". Entre las recomendaciones, alentaron la "eliminación progresiva y eventual prohibición" de los combustibles fósiles, así como el desarrollo de reservas climáticas estratégicas.Sin embargo, se espera que el producto interior bruto mundial "se recupere a un nivel sin precedentes" y con él todas las emisiones contaminantes, indicaron.