La investigación, dirigida por expertos del King's College de Londres (Reino Unido), analizó a 1.734 pacientes sintomáticos de entre 5 y 17 años, a partir de los datos recogidos en una aplicación móvil por los padres y cuidadores que participaron en el proyecto "ZOE COVID". El principal hallazgo es que los casos con síntomas duraderos son "raros", afirma una de las autoras del estudio, Emma Duncan, profesora del King's College, en un comunicado. "Es reconfortante saber que el número de niños que experimentan síntomas duraderos de Covid-19 es bajo. Sin embargo, un pequeño número de niños sufre enfermedades de larga duración", señaló.

En concreto, de los 1.734 positivos notificados en la aplicación móvil, sólo 77 (4,4%) seguían teniendo al menos dos de los tres síntomas más comunes (fatiga, dolor de cabeza y pérdida de olor/sabor) después de cuatro semanas.

Además, el estudio descubrió que después de ocho semanas, prácticamente todos (el 98,2%) los que tenían síntomas se habían recuperado. La fatiga, señalan los investigadores, era el síntoma más prevalente en este grupo (84 por ciento), mientras que el 77,9 por ciento también experimentaba dolor de cabeza y pérdida de olor/sabor, respectivamente, en alguna fase de la enfermedad. En este sentido, los expertos indican que el dolor de cabeza es el síntoma más común al inicio de la enfermedad, mientras que la pérdida de olfato o gusto aparece más tarde y se mantiene durante más tiempo. El estudio encontró diferencias en la duración media de la enfermedad entre los niños de primaria (5-11 años) y los de secundaria (12-17 años): en los niños mayores, Covid-19 duró una media de siete días, frente a los cinco días de los niños más pequeños.