Cerca de un centenar de personas se reunieron en el aeropuerto de Lisboa el 9 de agosto para recibir al campeón olímpico a su regreso a Portugal desde Tokio.

Tras cruzar la puerta de llegadas, y antes de responder a las preguntas de los periodistas, Pichardo se detuvo a escuchar el himno nacional, interpretado por miembros de la Orquesta Sinfónica de la PSP.

Sin emocionarse, como es natural en él, Pichardo dijo que estaba contento con la cálida acogida que le dieron y sorprendido por haber sido elegido para llevar la bandera portuguesa en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos.

"Fue increíble, una gran emoción haber sido recibido de forma tan magnífica. Mi única forma de agradecer la forma en que este país me ha acogido es trayendo medallas y grandes resultados. No esperaba ser elegido por el Comité Olímpico de Portugal para llevar la bandera en la ceremonia de clausura. Fue muy emotivo y una gran responsabilidad para mí también", dijo.

Y el campeón olímpico "no quiere detenerse aquí", afirmando que ya tiene el ojo puesto en el próximo premio: mantener su título olímpico en París.

"Seguiré trabajando para ganar más medallas, ya sean olímpicas, mundiales o europeas. Estoy deseando que me reciban de nuevo así dentro de tres años. Seguiré trabajando para conseguirlo", garantizó.

"No ha sido fácil. Llevo muchos años trabajando para encontrar una buena forma que parezca fácil. No me detendré ahí, seguiré trabajando para ganar más medallas y para que en los próximos Juegos Olímpicos se vea el mismo resultado. Mi única forma de dar las gracias a Portugal es aportando medallas y consiguiendo grandes resultados. En eso me estoy centrando", concluyó.