Los tres senadores son el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Bob Menéndez, el presidente del Comité de Servicios Secretos, Mark Warner, y el presidente del Comité de Fuerzas Armadas, Jack Reed. En una declaración publicada el martes, Menéndez dijo que estaba "decepcionado" porque el gobierno de Joe Biden "claramente no evaluó con precisión las implicaciones de una rápida retirada." "Ahora estamos siendo testigos de los horribles resultados de muchos años de fracasos políticos y de inteligencia", dijo el senador de origen cubano, que ha mantenido una postura independiente en política exterior, no dudando en criticar algunas de las decisiones de Biden.

Como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Menéndez dijo que organizará una audiencia en el Senado para evaluar las "fallidas" negociaciones de la administración de Donald Trump (2017-2021) con los talibanes, que culminaron con un acuerdo de retirada de las tropas casi estadounidenses. 20 años después de los atentados del 11-S. Esta audiencia también tendrá como objetivo examinar la "fallida" ejecución de este acuerdo por parte de la administración Biden, añadió Menéndez.

El presidente de la Comisión de las Fuerzas Armadas del Senado, Jack Reed, también anunció el martes que la comisión celebrará audiencias para ver "qué salió mal" en Afganistán. El presidente del Comité de Servicios Secretos del Senado, Mark Warner, dijo el lunes que trabajará con otros legisladores para hacer las preguntas "duras y necesarias" sobre por qué Estados Unidos no estaba preparado para hacer frente al rápido avance de los talibanes y al colapso del gobierno afgano. "Le debemos estas respuestas al pueblo estadounidense y a todos aquellos que han luchado y se han sacrificado tanto", dijo Warner.

Las declaraciones de los tres senadores reflejan la frustración que se siente en el Partido Demócrata por la precipitada salida de Afganistán, con imágenes de desesperación en el aeropuerto de Kabul de afganos tratando de escapar de los talibanes. Joe Biden dijo el lunes que defendía "firmemente" la decisión. "Después de 20 años, he aprendido con reticencia que nunca es un buen momento para retirar las fuerzas [estadounidenses]", subrayó.

Según un sondeo publicado el martes, el apoyo de Estados Unidos a la retirada de sus tropas de Afganistán ha descendido drásticamente con el ascenso de los talibanes al poder, y la mitad de los encuestados desaprueba la gestión de la situación por parte de Joe Biden. Sólo el 49 por ciento de los encuestados por 'Politico' y 'Morning Consult' entre el 13 y el 16 de agosto apoyó la decisión del Presidente de Estados Unidos de abandonar ese país de Asia Central.

En abril, cuando Joe Biden anunció que todos los soldados estadounidenses abandonaban Afganistán, la aprobación fue del 69 por ciento. Incluso entre los votantes demócratas, sólo el 53 por ciento aprueba la gestión de Joe Biden sobre la salida de Afganistán, cifras muy alejadas de la popularidad habitual dentro del partido, que suele "situarse entre el 70 y el 80 por ciento", señalaron los autores del sondeo.

Los talibanes conquistaron Kabul el domingo, culminando una ofensiva que comenzó en mayo, cuando se inició la retirada de las fuerzas militares de Estados Unidos y la OTAN. Las fuerzas internacionales están en el país desde 2001, en el marco de la ofensiva dirigida por Estados Unidos contra el régimen extremista (1996-2001), que acogió en su territorio al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, responsable de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.

La toma de la capital pone fin a 20 años de presencia militar extranjera en Afganistán por parte de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, entre ellos Portugal. Frente a la brutalidad y la interpretación radical del Islam que marcó el régimen anterior, los talibanes han asegurado a los afganos que se respetará "la vida, la propiedad y el honor" y que las mujeres podrán estudiar y trabajar.