"Se trata de uno de los dos únicos buitres negros que nacieron en el PNDI y que ahora regresan a una zona protegida. Esta ruta se ha podido seguir gracias a un dispositivo GPS", ha indicado la asociación de protección del medio ambiente Palombar.

En un comunicado, Palombar indicó que el buitre negro acudió a un Campo de Alimentación de Aves Necrófagas (CAAN) situado en el municipio de Miranda do Douro, distrito de Bragança, gestionado por esta organización no gubernamental que registró al juvenil a través de una cámara de fototrampeo.

"El juvenil de buitre negro, llamado Lechuga, nació en 2020, al igual que otro individuo de la misma especie, y son hijos de las dos únicas crías de buitres negros identificadas hasta ahora en el PNDI", especifica la misma nota.

Según Palombar, el buitre Lechuga abandonó su zona de nacimiento, en el PNDI, en febrero de 2021 y, desde entonces, estuvo explorando nuevos territorios entre España y Portugal, concretamente la provincia de Salamanca, la Sierra de Gredos y la Extremadura española, así como el Alentejo.

La inscripción de este animal en un CAAN demuestra la importancia de estas estructuras para el suministro de alimento de calidad, libre de sustancias tóxicas, y de forma regular para las especies de aves carroñeras en peligro de extinción, lo que es esencial principalmente durante la época de cría y el período de dispersión de los juveniles, contribuyendo también al establecimiento y fijación de estos en el territorio y al aumento de su población reproductora.

En mayo de 2020, Palombar también había registrado al menos ocho buitres negros alimentándose en un CAAN gestionado por la organización en el municipio de Mogadouro.

Los buitres negros se registran con frecuencia en los CAAN gestionados por Palombar, por lo que estas estructuras están contribuyendo efectivamente a un posible aumento del número de parejas reproductoras de buitre negro en el PNDI en los próximos años.

Los dos únicos pollos de buitre negro nacidos en el PNDI en 2020 fueron marcados con un dispositivo GPS proporcionado por la Fundación para la Conservación del Buitre, el 26 de junio de 2020 y el 13 de julio del mismo año, en una acción realizada en el marco del proyecto LIFE Rupis y coordinada por el Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF/DRCNF do Norte/PNDI), con la intervención de ATNatureza- Associação Transumancia e Natureza, socios de LIFE Rupis, así como de Palombar. Estos fueron los primeros buitres negros marcados con GPS en el PNDI.

El buitre negro se extinguió como reproductor en Portugal a principios de los años 70.

"Esta especie sólo tiene una cría por temporada de cría. Debido a su población extremadamente pequeña, el buitre negro está clasificado como "en peligro crítico" en Portugal", subrayan los expertos en avifauna.

Un grupo de al menos ocho buitres negros fue grabado por cámaras alimentándose en el PNDI, en Mogadouro, en junio de 2020.

"La presencia de buitres negros es frecuente en los campos de alimentación de aves carroñeras (CAAN) y, a lo largo de los últimos años, se han registrado en Palombar sesiones de alimentación con cinco a siete aves al mismo tiempo, y ahora se ha alcanzado un nuevo récord", con al menos ocho aves, explica el biólogo de Palombar José Pereira.

Este especialista en avifauna no duda en afirmar que se trata del mayor número de esta especie en peligro de extinción observado hasta ahora en un campo de alimentación de aves carroñeras gestionado por Palombar "en un solo día".

El proyecto ibérico LIFE Rupis, que ha durado cinco años, ha dejado una "huella única" en la preservación de la avifauna del Duero Internacional y en el área protegida de Arribes del Duero en la parte española.

Los promotores de LIFE Rupis realizaron una inversión total de 2,7 millones de euros en el territorio, incluyendo el refuerzo de las capacidades técnicas e institucionales de los distintos socios, concretamente las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) de este territorio del Duero Internacional.

El programa LIFE Rupis también incluyó un programa de educación ambiental que involucró a todas las escuelas de la región, donde participaron más de 5.000 estudiantes y profesores.