El estudio, realizado por el Instituto Científico Gulbenkian (IGC), contó con la participación de 260 ancianos de cinco residencias, además de 160 empleados, en los que casi todos (98,1 por ciento) continuaban, al final del mismo periodo, con anticuerpos contra el SARS- CoV-2. En un comunicado, la CIG señala que los datos "confirman que, de forma similar a lo que ocurre con otras vacunas, la disminución de los anticuerpos generados por la vacunación" contra el Covid-19, una enfermedad respiratoria, "es más rápida en la población de edad avanzada".

El CIG destaca que "la tendencia a la disminución de anticuerpos comenzó a notarse tres meses después de la segunda dosis en cerca del 15 por ciento de los participantes" mayores de 70 años. Tanto los ancianos como los empleados de las cinco residencias recibieron la vacuna de Pfizer/BioNTech, administrada en dos dosis espaciadas. Para el investigador del CIG Carlos Penha-Gonçalves, coordinador del estudio, citado en el comunicado, "la disminución de los niveles de anticuerpos de la vacuna a lo largo del tiempo es natural y esperable y no significa que no haya protección contra la infección". Según el CIG, "se espera que las personas que tuvieron una respuesta de anticuerpos poco después de la vacunación hayan desarrollado una memoria inmunológica que les permita combatir la infección en posteriores contactos con el virus: ese es el principio de la vacunación".

Sin embargo, "mientras el virus esté circulando en la población, como es el caso, es fundamental que se mantengan los cuidados de protección individual", como el uso de mascarilla, la distancia física o la higiene de manos, "incluso después del proceso de vacunación y a lo largo del tiempo". El estudio evaluó la persistencia de los anticuerpos inducidos por la vacunación contra el covid-19 y fue seguido por otro que midió la eficacia de la vacuna en la producción de anticuerpos también en residentes y empleados de residencias de ancianos. En los ancianos, la producción de anticuerpos es más lenta y su caída es más rápida que en los jóvenes.

Según el Instituto de Ciencias Gulbenkian, será "importante seguir vigilando la evolución de la caída de anticuerpos a lo largo del tiempo", sobre todo en los ancianos, población más vulnerable al covid-19 debido a su edad y a la debilidad de su sistema inmunitario . "La realización de cribados es una herramienta esencial para asegurar el seguimiento de la evolución de la respuesta vacunal y obtener datos que apoyen las decisiones sobre la posible revacunación y las vacunas a utilizar", subraya el IGC, que ha realizado estudios sobre la eficacia de diferentes vacunas frente al covid-19 en diferentes edades y grupos profesionales.