Según la agencia de noticias española Efe, los cuatro tramos que permanecen libres de peaje son las carreteras estatales AP-2 y AP-7 y las municipales C-32 y C-33, que han sido escenario de importantes atascos y protestas de los movimientos antipeaje.

Ahora sólo 120 kilómetros de carreteras en Cataluña son de peaje, concretamente la C-32, con los túneles del Garraf, y la C-16, entre Sant Cugat-Terrassa-Manresa, con concesiones que no terminarán hasta finales de la próxima década.

Los preparativos para el fin de los peajes comenzaron durante el martes en algunos puntos, y sobre las 20:00 horas, los coches ya circulaban sin pagar en lugares como el peaje de La Roca, en la AP-7.

La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, admitió que una de las grandes incógnitas es definir cómo se mantendrán las carreteras libres de peaje a largo plazo, y aclaró que el Gobierno quiere aplicar un sistema de impuestos por contaminación, aunque dijo que "no tendrá nada que ver" con el actual sistema de peajes.

El Gobierno español ya ha declarado "asumiendo que quiere una red de carreteras competitiva y sostenible", para garantizar que esta infraestructura pueda ser financiada principalmente por las personas que la utilizan, siguiendo el lema de 'quien contamina paga'".

El fin de los peajes en Cataluña supondrá un ahorro de 752 millones de euros al año para los conductores de la comunidad autónoma y de Aragón.

La Comisión Europea, por su parte, pidió que se establezca una nueva forma de pago en 2024 que asuma el principio de que paguen los que usan la infraestructura y los que más contaminan.