"No somos antivacunas, no tenemos nada en contra de las vacunas, tenemos todas las vacunas del Plan Nacional de Salud, pero esto no es una vacuna, es un experimento", dijo Lusa Ana Desirat, portavoz del Grupo Santo António, que se creó hace unos tres meses en Facebook para impugnar la decisión de no realizar marchas populares en la capital.

Los manifestantes que se manifiestan frente a la Asamblea de la República afirman que pretenden "informar a la población", que dice vivir desde hace casi dos años "bajo el terror de los medios de comunicación", a los que acusan de abrir y cerrar los noticiarios con el tema Covid-19, sin presentar posiciones que contradigan las directrices del gobierno.

"Los medios de comunicación están comprados por el Gobierno, en la televisión sólo aparecen expertos que apoyan las decisiones del Gobierno, ¿por qué no escuchar a otros médicos para que la gente decida?", se preguntó Ana Desirat, al considerar que "se está manipulando a la población".

Para los manifestantes, el certificado digital de vacunación es "nada más y nada menos que una imposición de un estado totalitario, que divide a los ciudadanos entre vacunados y no vacunados".

"Además, empezaron a surgir las primeras informaciones de que la inyección no protege de nada en absoluto, la gente puede contraer el virus de la misma manera", defendió, rechazando la calificación de negacionista.

"Es una dictadura mundial, el pueblo tiene que luchar", declaró.

Entre los manifestantes se habló del alcance de las manifestaciones en Francia y el Reino Unido contra las medidas de control de la pandemia decretadas por los gobiernos, que reunieron a miles de personas.

Al grupo de Santo António de Lisboa se unieron otros elementos, con camisetas negras, bajo un toldo negro, que, al ser abordados por Lusa, se limitaron a decir: "Nosotros no hacemos declaraciones".

La protesta continúa esta tarde, sin máscaras y sin distanciamiento social, bajo la vigilancia de la PSP.