Esta norma duró 318 días, desde la aprobación de la ley, el 28 de octubre de 2020, en plena pandemia de Covid-19, y ha sido renovada sucesivamente por el Parlamento, lo que no ocurrirá ahora.

La DGS aconseja el uso de la mascarilla "cuando se prevea la aparición de grupos de personas o cuando no sea posible mantener la distancia física recomendada".

La DGS también recomienda su uso en la calle a las "personas más vulnerables", es decir, "con enfermedades crónicas o estados de inmunosupresión con mayor riesgo de Covid-19 grave", siempre que "se desplacen fuera de su lugar de residencia".

En las orientaciones, la DGS reitera que el uso de la mascarilla "es una medida eficaz en la prevención de la transmisión del SARS-CoV-2", destacando que, a pesar del fin de la obligatoriedad de su uso en la calle, la utilización de esta mascarilla "sigue siendo una medida importante para contener la infección, especialmente en los entornos y poblaciones de mayor riesgo".

El uso de la mascarilla seguirá siendo obligatorio "en los centros educativos, docentes y guarderías", en los "espacios comerciales y establecimientos de prestación de servicios", en los "edificios públicos", en los "cines o similares", en los "transportes colectivos de viajeros" y "en los centros de trabajo, siempre que no sea posible la distancia física".

El uso de la mascarilla seguirá siendo obligatorio también en "establecimientos residenciales para personas mayores (ERPI), unidades de la Red Nacional de Atención Continuada Integrada (RNCCI) y otras estructuras y respuestas residenciales para niños, jóvenes y personas con discapacidad, solicitantes y beneficiarios de protección internacional y acogida de víctimas de violencia doméstica y trata de seres humanos".

También es obligatorio el uso de mascarilla por parte de las personas "infectadas por el SARS-CoV-2 o con síntomas" de la enfermedad y por parte de las personas consideradas en "contacto con un caso confirmado de covid-19", excepto cuando estén solas "en su lugar de aislamiento".