A partir del 4 de octubre, el sistema de semáforo que clasifica a los países según tres categorías de riesgo será suprimido, manteniendo únicamente una "lista roja" de países, para los que las limitaciones seguirán siendo mayores.

El Gobierno británico pretende que las medidas "reduzcan el coste de los viajes", sin dejar de proteger la salud pública, dijo el ministro Grant Shapps.

Las medidas se aplican a Inglaterra, ya que las normas para Escocia, Gales e Irlanda del Norte las determinan los respectivos gobiernos autonómicos, aunque hasta ahora se han mantenido ampliamente alineadas.

Hasta ahora, antes de regresar a Inglaterra, las personas que viajaban desde países de la "lista ámbar", como Portugal, debían presentar una prueba de antígenos negativa antes de embarcar y realizar una prueba PCR en las primeras 48 horas después de la llegada.

Sin embargo, para las personas con vacunas completas, será posible sustituir las pruebas de PCR requeridas a la llegada por pruebas de antígenos, que son significativamente más baratas.

Las personas no vacunadas seguirán teniendo que someterse a una prueba antes del embarque y a pruebas de PCR el segundo y octavo día después de la llegada.

Shapps dijo que este sistema es "más simple y sencillo", que también será más barato, "permitiendo que más personas viajen, se reúnan con sus familias o hagan negocios en todo el mundo, al tiempo que se impulsa la industria de los viajes".