A partir de un estudio sobre el cambio climático en el Área Metropolitana de Oporto (AMP), debatido en el seminario "Estrategias de adaptación del turismo urbano ante el cambio climático en el marco de las oportunidades postpandémicas", organizado por el Instituto de Ciencias Sociales de la UMinho, el geógrafo dijo a Lusa que la planificación de las áreas urbanas sigue estando cargada de "inadaptación" y "analfabetismo climático".

"Es necesario crear refugios climáticos que permitan a las personas protegerse ante una ola de calor. Luego está la cuestión del refugio ante situaciones de frío, porque si hablamos de Oporto, el invierno también es muy duro. Hay que tomar decisiones que respondan a estos problemas", reiteró el investigador, implicado en un trabajo de doctorado sobre la influencia del clima y la morfología urbana en el turismo, al que se asocia con la UMinho y la Universidad de Barcelona.

En el ámbito de su trabajo, Hélder Lopes señaló las áreas de mayor demanda turística y de mayor "calor urbano" en el AMP, así como la delimitación de cinco zonas de intervención prioritaria en cuanto a "la oferta y la demanda turística" y "el nivel de criticidad ambiental", siendo el área que rodea los centros históricos de Oporto y Vila Nova de Gaia la principal.

A partir de "mediciones microclimáticas" y encuestas con cuestionarios a turistas durante el verano de 2019, el invierno de 2019 y 2020 y el verano de 2020, ya condicionados por la pandemia del covid-19, el equipo implicado en el doctorado concluyó que, en el Oporto, las zonas más susceptibles al calor en la Avenida dos Aliados y la Praça da Liberdade son la que rodea la estatua de D. Pedro IV y la situada inmediatamente al norte de la escultura "Abundancia/Os Meninos", de Henrique Moreira.

Las zonas más susceptibles al frío son las que están arboladas junto a la estatua de Ardina y, al norte, cerca del edificio del Ayuntamiento.

El investigador del Departamento de Geografía de la UMinho, con sede en el 'campus' de Azurém, en Guimarães, destacó también que la AMP carece de una "red de vigilancia climática" que cubra todo el territorio, ya que las estaciones existentes, por su ubicación, no pueden hacerlo.

Convencido de que el "analfabetismo climático" abarca a la población, a los técnicos superiores y a los "responsables políticos", Hélder Lopes destacó la necesidad de garantizar la "termorregulación" de las zonas urbanas, haciéndolas más "confortables" para los residentes y los turistas.

El investigador también defendió que las ciudades deben ser pensadas por los políticos, los técnicos, los operadores turísticos y la "comunidad local", teniendo en cuenta los "problemas ambientales y climáticos" y la "oferta y demanda turística" simultáneamente.