A la irregularidad del clima, que no afecta por igual a todos los municipios de la región, se suma la proliferación de la avispa velutina, depredadora de las abejas y otros insectos, el aumento de los costes de producción y el impacto negativo causado por los incendios en la cubierta vegetal.

"Si el Estado no toma medidas de apoyo directo a la producción la apicultura va a decaer", advierte la directora ejecutiva de Lousãmel - Cooperativa Agrícola de Apicultores de Lousã y Condados Limítrofes, Ana Paula Sançana.

Debido a los ataques de la llamada avispa asiática, que se suman a la infestación de las colmenas por la varroa, un ácaro que diezma las colonias de abejas, "hay ahora muchas cargas", en el sector.

Tiago Valdeira João, propietario de 300 colmenas en Sertã, distrito de Castelo Branco, reitera los mismos problemas.

"La apicultura es uno de los negocios más inestables que hay. Hay muchos factores que pueden influir en la abeja y el propio clima no es seguro", explica a Lusa.

Tiago João, de 28 años, inició en 2018 un proyecto, financiado por el Programa de Desarrollo Rural (PDR), que debería terminar en 2023, pero que fue prorrogado hasta 2024, tras la pandemia del Covid-19.

En la región demarcada de miel con denominación de origen protegida (DOP) Serra da Lousã, gestionada por Lousãmel, en el distrito de Coimbra, las manchas de brezo, cuya flor determina las características de este producto natural, han disminuido debido a los incendios y a la propagación de especies invasoras.

"La calidad de la miel DOP no está en cuestión. El problema es la cantidad", asegura Ana Paula Sançana, que añade que "hay apicultores que están desmotivados con el aumento de las tasas fijas y que acaban abandonando el proceso de certificación".

El presidente de Lousãmel, António Carvalho, confirma el panorama actual de la miel DOP Serra da Lousã.

"Desde los incendios de 2017, ha sido una desgracia, con cantidades muy pequeñas para la demanda que tenemos. Este año ha sido incluso peor que el de 2020", lamenta.

Para António Carvalho, esta tendencia "también tiene que ver con el cambio climático y la gran concentración de colmenas" en la Serra da Lousã.

El dirigente, sin embargo, pone "la esperanza en algunos apicultores jóvenes que han aparecido con más entusiasmo".

"No hemos tenido años favorables. Antes, el clima era mucho más regular", afirma Luís Estêvão, presidente de Pampimel - Cooperativa de Apicultores y Productores de Medronho de Pampilhosa da Serra.

Las zonas de brezo "han ido disminuyendo" en esta comarca montañosa del interior, donde predominan los colmenares familiares.

"Los grandes productores se adaptarán. Los pequeños acabarán pagando por producir miel, no hacen cuentas, mientras que los medianos tendrán dificultades para sobrevivir", pronostica Luís Estêvão.