La decisión se tomó "para ofrecer a todos los que lo deseen la posibilidad de ver en directo el Portugal-Japón", en el Estádio Cidade de Coimbra, un recinto que "se construyó para acoger la Eurocopa 2004" de fútbol.

Entre otras competiciones, se ha programado para el 13 de noviembre la séptima jornada de la División de Honor, el principal nivel competitivo portugués.

"Este partido representará una gran oportunidad para que el rugby portugués se reafirme, por el valor del adversario, por el momento en que se desarrolla y, sobre todo, por la oportunidad de mostrar a las entidades internacionales, a los socios nacionales y al público en general el buen momento que vive nuestro equipo" , justificó la FPR en su boletín semanal.

Además del reto que supone el 10º puesto en el ranking mundial, Coimbra acogerá, el mismo día, la final del Campeonato de Europa Sub-20, una "competición de importancia fundamental para el futuro del rugby en Portugal" y que constituye "una razón adicional para que no se celebren competiciones nacionales ese día", añade la FPR.

Como alternativa, la FPR sugiere reprogramar los partidos para los días anteriores o posteriores, o posponerlo a otro fin de semana, y advierte que "en caso de que los clubes no lleguen a un acuerdo" en cuanto a la fecha y hora del partido, "la FPR decidirá y programará" los encuentros.

El organismo que tutela este deporte en Portugal, dirigido por Carlos Amado da Silva, también aprovechó el comunicado para "invitar a los presidentes de los clubes portugueses a estar presentes en el palco presidencial del Estádio Cidade de Coimbra para ver el partido Portugal-Japón".

La selección portuguesa de rugby recibe a Japón el 13 de noviembre, en un partido programado a partir de las 17:10 en el Estádio Cidade de Coimbra, una semana después de enfrentarse a Canadá, el 6 de noviembre, en el Centro de Alto Rendimiento de Jamor.

Los japoneses, que ocupan el 10º lugar en el ranking mundial, son el adversario más valioso que el equipo portugués ha enfrentado desde el Mundial de 2007, cuando jugó, en Francia, contra Escocia y Nueva Zelanda.