Según un informe del Jornal de Notícias, el nuevo protocolo de dolor torácico ya está en vigor y los técnicos de todas las ambulancias médicas de emergencia del país pueden poner en marcha un conjunto de procedimientos para recibir formación, que incluye la realización de un electrocardiograma (ECG) y la administración de fármacos, bajo orientación médica, a un paciente con sospecha de infarto agudo de miocardio.

En declaraciones a Lusa, el presidente del Instituto Nacional de Emergencias Médicas (INEM) afirmó que se trata de una prioridad del instituto, "no sólo para dotar a las ambulancias de emergencias médicas de este equipamiento", sino sobre todo para poder avanzar en la puesta en marcha del protocolo de dolor torácico que permitirá efectivamente ganar en salud.

También permitirá "una mejora significativa" en las condiciones de trabajo de los técnicos de emergencias prehospitalarias (TEPH), ya que ahora cuentan con un equipo que "facilitará enormemente su misión, ya que incorpora varias capacidades".

"Además de poder realizar electrocardiogramas (ECG), tienen la posibilidad de disponer, en el mismo aparato, de un monitor de constantes vitales", lo que facilitará enormemente la monitorización de los pacientes, además de la desfibrilación externa automática.

Pero, subrayó, "el objetivo claro es siempre que la atención médica prehospitalaria se realice en las mejores condiciones posibles, sobre todo desde la perspectiva de las víctimas de accidentes y enfermedades súbitas", con un enfoque muy particular en el infarto agudo de miocardio.

"Es una situación grave y necesita ser identificada lo antes posible para permitir la derivación adecuada de estos pacientes", defendió el presidente del INEM, recordando que el infarto agudo de miocardio mata a unos 8.000 portugueses al año y que las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de mortalidad en Portugal.

Por ello, poder realizar el diagnóstico lo más rápidamente posible y poder derivar al paciente inmediatamente al lugar más adecuado para su tratamiento es fundamental para reducir la mortalidad.

Luís Meira calcula que los técnicos realizan entre 10 y 20 electrocardiogramas al día, con el apoyo de los equipos que se han colocado en todas las ambulancias médicas de emergencia.