Tener una casa bonita nunca ha sido tan importante como en los últimos 18 meses, en los que nos hemos visto obligados a pasar más tiempo dentro de nuestras propias cuatro paredes.

Pero si la falta de conocimientos o la escasez de recursos económicos te han frenado, no es demasiado tarde para empezar. El gurú del diseño Matt Gibberd insiste en que puede ser fácil crear una casa preciosa sin gastar una fortuna, simplemente aplicando sencillos principios de diseño.

Gibberd, director fundador de la agencia inmobiliaria de diseño The Modern House, acaba de escribir el libro A Modern Way to Live (Una forma moderna de vivir), en el que expone los cinco principios y la mejor forma de utilizarlos para crear un hogar hermoso.

Aquí nos da una muestra de cómo hacerlo exactamente...

Espacio

Gibberd explica que cuando una casa combina espacio y zonas de "refugio" puede contribuir a que sus ocupantes se sientan cómodos. Sugiere: "Intenta crear un espacio abierto y luminoso para socializar, y un espacio similar a un útero para retirarse y dormir. Incluso en un estudio, la creación de diferentes zonas mediante una cortina, un tabique corredizo o una librería con ruedas puede mejorar mucho la experiencia de ocupar el espacio".

Puedes crear la ilusión de espacio con espejos y superficies reflectantes, dice, utilizando nichos naturales para los armarios empotrados, y continuando con el mismo material de dentro a fuera. Considera la posibilidad de volver a colgar las puertas al revés para abrir las habitaciones, y coloca los radiadores debajo de las ventanas para liberar un valioso espacio en la pared para los muebles.

Ilumina

Gibberd dice que es mejor considerar un acristalamiento fijo con una puerta convencional al lado, en lugar de puertas plegables: "Una ventana panorámica -sin tiradores ni mecanismos molestos- enmarca mejor las vistas y tiene un aspecto más bonito porque los soportes estructurales quedan ocultos", explica.

Sugiere evitar las persianas romanas y las cenefas, y colgar las cortinas de postes extra anchos para que puedan retirarse y dejar al descubierto toda la ventana. Las zonas de estar se benefician de la luz de las ventanas orientadas al sur", explica Gibberd, "mientras que las partes de la casa que se utilizan poco, como los lavaderos, es mejor situarlas en el lado norte". El lado este es ideal para dormir, y los comedores funcionan bien en el lado oeste, donde captan las brasas radiantes del día".

Pero aunque la luz es crucial para una casa, Gibberd dice que los propietarios tampoco deben temer a la oscuridad: "Sin zonas de contraste, nuestras casas serían unidimensionales y monótonas", explica. "Si se camina por un pasillo sombrío, por ejemplo, cuando se llega a un espacio bañado por el sol se siente más luminoso y edificante".

Materiales

Gibberd afirma que los propietarios de las casas deberían pensar detenidamente en los objetos con los que entran en contacto físico cada día, como los interruptores de la luz, los pomos de las puertas o las encimeras de la cocina: "¿Son tan táctiles como deberían?", pregunta, y señala que los materiales naturales siempre envejecen con más gracia que los plásticos y laminados artificiales. "Intente conservar los materiales originales siempre que sea posible, ya que cuentan la historia individual de un edificio e inducen menos ansiedad que los nuevos", aconseja.

Gibberd sugiere vivir en una casa durante al menos un año antes de hacer cualquier cambio: "Por ejemplo, ese suelo de madera que te pareció un poco destartalado cuando te mudaste puede empezar a cobrar importancia: su calidez bajo los pies descalzos o su capacidad para absorber las idas y venidas de la vida diaria".

Los materiales naturales, como el mármol y las baldosas vidriadas, tienen un brillo suave y son fáciles de limpiar, dice, y la arcilla es una alternativa al yeso convencional que absorbe la humedad.

Naturaleza

La conexión con la naturaleza es vital para el bienestar, por lo que incluso los que buscan un lugar para vivir en una ciudad deberían intentar encontrar un piso que tenga vistas a un jardín comunitario, o que tenga repisas de ventana profundas que puedan albergar plantas, sugiere Gibberd.

Si se tiene la suerte de contar con un espacio exterior, sugiere combinar bordes de arbustos y flores con terrazas, grava compactada, sílex, adoquines de piedra o ladrillos en espiga.

Las plantas de interior tienen un impacto positivo en nuestro bienestar, ya que reducen la presión sanguínea y aumentan la atención, pero también pueden tener un propósito práctico, ya que ayudan a delimitar el espacio, proporcionan una protección, absorben el sonido o añaden un toque de distinción a una habitación poco llamativa", dice Gibberd.

Decoración

En lugar de alfombras empotradas, Gibberd sugiere probar con revestimientos naturales sueltos, como el sisal y el yute, con un espacio entre el borde y la pared. Utiliza alfombras por capas y deja que llenen los espacios naturales entre los muebles.

Y para evitar que un interior parezca unidimensional, dice que puede ser una buena idea mezclar muebles y objetos de diferentes épocas y lugares: "En lugar de poner un juego de sillas a juego alrededor de la mesa de la cocina, por ejemplo, añade un banco o una silla Windsor tambaleante", sugiere.

Y, por último, añade: "Cuando elijas lo que vas a comprar para tu casa, intenta seguir tus instintos en lugar de cualquier noción preconcebida sobre lo que constituye el buen gusto. Muchas de las mejores cosas no han sido celebradas en Instagram, no se encuentran en los libros de texto y no cuestan mucho. A menudo tienen una belleza accidental que es el resultado de satisfacer necesidades utilitarias."

A Modern Way to Live, de Matt Gibberd, está publicado por Penguin Life.