El PSD optó por abstenerse tanto del proyecto del PAN, que pretendía determinar la restricción de los vuelos civiles nocturnos, salvo por razones especiales y de fuerza mayor, como del Bloque de Izquierda, que pretendía prohibir esos vuelos, salvo en casos y aterrizajes de emergencia u otras razones de respuesta.

Al justificar la iniciativa, el PAN destacó "la necesidad de que el Gobierno revise las restricciones a las operaciones relacionadas con el ruido en los aeropuertos", de acuerdo con los principios del reglamento de la Unión Europea, "con la mayor urgencia, con el fin de salvaguardar la salud y el bienestar de las personas".

En el proyecto de ley, el PAN afirma que el número de vuelos ha ido "aumentando sistemáticamente" y se prevé que esta tendencia continúe, con lo que también aumentará "el riesgo para la salud de las personas que se encuentran en las proximidades de los aeropuertos, siendo el caso de Lisboa uno de los ejemplos más evidentes de los graves impactos sobre la población".

A su vez, el Bloque de Izquierda recuerda, en su proyecto de ley, los datos divulgados por la Asociación Ambientalista Cero, en julio de 2019, en la zona de Campo Grande, en Lisboa, en relación con un conjunto de mediciones de la contaminación acústica provocada y el movimiento de los aviones que despegan de tierra en el aeropuerto de Lisboa en el período comprendido entre las 00:00 y las 06:00, que revelaron los límites máximos permitidos.

El BE también afirma que la presencia de un aeropuerto en el centro de Lisboa es "un motivo especial de preocupación por los impactos negativos y los daños irreversibles que representa para la salud pública, el medio ambiente y la calidad de vida de la población que vive y trabaja en la ciudad".