Es habitual que las personas invidentes vayan acompañadas de un perro que les muestre el camino y les ayude en las actividades diarias. Ânimas es una asociación con sede en la ciudad de Oporto que entrena a los perros con el fin de entregarlos a familias o personas con alguna limitación, tanto física como neurológica. Abílio Leite, director de Ânimas, explicó aThe Portugal News cómo desarrolla su trabajo esta asociación.

Ânimas es una asociación que surgió en 2002 y, según Abílio Leite, se creó "como resultado de las intenciones de un grupo de profesores universitarios que estaban convencidos del potencial de los animales, con las personas, concretamente con las personas con alguna diversidad funcional".

A partir de 2002, Ânimas se dedicó a "programas de intervención asistida con animales". En 2004 recibió el estatus de utilidad pública y en 2011 obtuvo "la acreditación internacional como entidad educadora de perros de asistencia" Actualmente, la asociación entrena perros para personas con "dificultades motoras, personas del espectro autista, personas con epilepsia, personas con diabetes y personas con estrés postraumático."

Para pedir ayuda a la asociación, ésta necesita una prueba de la enfermedad, como un certificado de discapacidad polivalente, "cuya discapacidad esté certificada por una junta médica". Los candidatos a adoptar un perro de asistencia son entrevistados por profesionales de la salud, siendo en la asociación voluntarios "psicólogos, logopedas y terapeutas ocupacionales" e incluso profesores. También trabajan voluntariamente en la asociación veterinarios, agrónomos y zootécnicos, así como adiestradores de perros.

Entrenamiento

La mayoría de los perros adiestrados para ayudar a los más necesitados son de raza labrador, por su "temperamento extremadamente dócil" y por tener una mordida suave, que apenas estropea los objetos de su dueño. A los tres meses de edad, los cachorros son separados de su madre y durante un año permanecen en una familia de acogida. La familia de acogida intentará que el cachorro se comporte como tal. Tendrá la única misión de alimentar, jugar, mimar y educar, y lo más complicado, de controlar las necesidades fisiológicas. Al cumplir un año de edad, el perro es llevado a la casa de uno de los instructores, donde aprenderá a vivir en un entorno familiar, así como otras normas básicas de trato con la persona discapacitada que lo acogerá. La formación de los instructores dura un año. En el segundo semestre de ese año, se lleva a cabo la educación del animal de acuerdo con la persona que lo recibirá. La entrega del perro a su beneficiario se realiza de forma gradual, mediante acciones sencillas como la entrega de una galleta. Durante el primer semestre, las galletas son entregadas por el adiestrador, pero a partir del momento en que comienza el adiestramiento con el beneficiario, el nuevo propietario compensará al perro con comida. El animal también es examinado para evitar entregar un perro que tenga problemas de cadera o rodilla. Todo para garantizar que el animal pueda desempeñar sus funciones a partir de los cuatro o cinco años de edad. A los 12 años, el perro se "jubila" por "no poder seguir acompañando al beneficiario en las tareas cotidianas habituales". En esta situación, el animal "se queda con el beneficiario", o la asociación asume la responsabilidad de cuidarlo. Sin embargo, Abílio Leite afirma que, por lo general, los beneficiarios acaban quedándose con el perro hasta el final de su vida.

Para tener un perro de asistencia no basta con pedirlo a la asociación. Además de la presentación de documentos que demuestren la discapacidad de la persona que hace la petición, se hace una evaluación a la familia que pretende acoger un perro de asistencia. El director de Ânimas dijo aThe Portugal News que el fácil acceso a las redes sociales hace que la gente vea "muchas historias fantásticas", idealizando y adquiriendo ideas equivocadas del trabajo de un perro de asistencia, que no puede ser visto como una simple mascota. Los responsables de la evaluación de las familias miden las expectativas del hogar. Según Abílio Leite, las expectativas no deben ser demasiado elevadas, para evitar que después de la entrega del perro no se culpe a la asociación de que el perro no cumpla con las altas expectativas de la familia. Durante la entrevista, el director de la asociación puso como ejemplo a una madre que pensó que el animal haría que su hijo, que estaba en el espectro del autismo y no era verbal, empezara a hablar. Abílio Leite admitió que el perro "no haría que el niño empezara a hablar". Para evitar cualquier problema, la asociación, en estos casos, prefiere no entregar el perro a la familia.

Al igual que los perros guía, los perros de asistencia pueden entrar en cualquier sitio, como en los supermercados, en las consultas de los hospitales y en los restaurantes, por ejemplo. En palabras de Abílio Leite, "la persona resultante de su discapacidad tiene derecho a tener un perro de asistencia", y como tal, tiene derecho a ir acompañada del perro a donde quiera ir. Sin embargo, el director de la asociación señala problemas con los taxistas y la TVDE. Cuando los conductores se dan cuenta de que la persona va acompañada de un perro de asistencia, suelen negar el servicio, sólo porque la persona lleva el animal consigo. En esos casos.

Una ventaja

Abílio Leite considera que "el perro de asistencia, además de ser un activo en la resolución de los obstáculos del día a día, es sobre todo un activo en la inclusión de la persona en la sociedad, la discapacidad de la persona deja de ser el centro de atención, y en cambio su perro se convierte en el centro de atención", por lo que la persona se sentirá más incluida, porque su problema de salud deja de ser el centro de una conversación.

Ânimas entrega los perros de forma gratuita. Cada perro acaba teniendo un valor de 25.000 euros para la asociación. Los gastos se pagan con el apoyo de donaciones, por ejemplo. La asociación no cuenta con el apoyo de entidades públicas, sin embargo algunos grupos empresariales "dan un apoyo anual" que garantiza "la capacidad de producción como hasta ahora". Abílio Leite admite que su intención es poder ayudar a más personas, pero se necesita más capital para poder cubrir todas las peticiones que se hacen a la asociación. Por ello, existe un proyecto con "bastante proyección mundial" llamado Giving Tuesday, en el que se puede hacer una donación directamente a través de la web de la plataforma: https://projetos.givingtuesday.pt/projeto/juntos-mudamos-o-mundo /?fbclid=IwAR2lYS0wotivwImZMWDJoR6JATHSOBa9TWbI8jJLDMD4HxwSE3oioJkxHaQ. Las donaciones también pueden entregarse a través de MBWay al 936 871 283.

Hasta la fecha, la asociación ha entregado 38 perros de asistencia, además de desarrollar 24 proyectos de investigación en la zona.