El ministro de Sanidad, Alain Berset, anunció también la adopción de nuevas restricciones para intentar contener el aumento de las infecciones, y añadió que se ampliará el uso obligatorio de mascarillas y la presentación del certificado de vacunación.

El anuncio, realizado hoy en una rueda de prensa, pretende "salvar" la temporada de invierno, crucial para la industria turística suiza, estrechamente vinculada al sector de la hostelería y el esquí.

El país también ha decidido prohibir la entrada de personas no vacunadas que viajen desde un país o región del espacio Schengen considerado "de riesgo" por las autoridades suizas, con la excepción de unas 340.000 personas de países vecinos (Alemania, Francia, Italia, Liechtenstein ) que trabajan a diario en Suiza.

El Consejo Federal quiere "impedir, en la medida de lo posible, la importación de la variante Omicron del Covid-19, que ya ha sido detectada en el país".

"Todas las personas que entren en el territorio, incluidas las vacunadas y las que hayan padecido la enfermedad y se hayan recuperado, deberán someterse a pruebas", según las nuevas normas, que entran en vigor el 4 de diciembre.

Además de una prueba de PCR realizada antes de entrar en el país, las personas tendrán que someterse a una segunda prueba, de PCR o de antígeno, entre el cuarto y el séptimo día después de su llegada.

"Esta segunda prueba pretende garantizar la detección de las personas infectadas incluso antes de salir o durante el viaje", explicó Berset.