En la cirugía mínimamente invasiva, los médicos utilizan diversas técnicas para causar menos daño al cuerpo humano durante un procedimiento quirúrgico en comparación con la cirugía abierta. En general, la cirugía mínimamente invasiva se asocia con menos dolor, una estancia hospitalaria más corta y menos complicaciones.

La laparoscopia es un procedimiento quirúrgico que se realiza a través de una o más incisiones pequeñas, utilizando pequeños tubos y diminutas cámaras e instrumentos quirúrgicos, y fue uno de los primeros tipos de cirugía mínimamente invasiva. Otro tipo de cirugía mínimamente invasiva es la cirugía robótica. Proporciona una vista ampliada en 3D de la zona quirúrgica y ayuda al cirujano a operar con precisión, flexibilidad y control.

Las continuas innovaciones en la cirugía mínimamente invasiva la hacen beneficiosa para personas con una amplia gama de afecciones. Si necesita una intervención quirúrgica y cree que puede ser candidato a este método, hable con su médico.

Los cirujanos realizan muchas cirugías mínimamente invasivas en partes específicas del cuerpo, como por ejemplo adrenalectomía (para extirpar una o ambas glándulas suprarrenales); cirugía cerebral; colectomía (para extirpar partes de un colon enfermo); cirugía de la vesícula biliar o colecistectomía (para aliviar el dolor causado por los cálculos biliares); cirugía cardíaca; reparación de la hernia de hiato, a veces llamada cirugía antirreflujo, para aliviar la enfermedad por reflujo gastroesofágico; trasplante de riñón; nefrectomía (extirpación del riñón); cirugía de la columna vertebral o esplenectomía (para extirpar el bazo).

La cirugía mínimamente invasiva surgió en la década de 1980 como una técnica segura y eficaz para satisfacer las necesidades quirúrgicas de muchas personas. En los últimos 20 años, muchos cirujanos la han preferido a la cirugía tradicional (abierta), que requiere incisiones más grandes y, normalmente, una estancia hospitalaria más larga.

La cirugía mínimamente invasiva utiliza incisiones quirúrgicas más pequeñas y suele ser menos arriesgada que la cirugía tradicional. Pero incluso con la cirugía mínimamente invasiva, existen riesgos de complicaciones con la anestesia, hemorragias e infecciones.

Desde 2016 los hospitales de Alvor y Gambelas cuentan con la tecnología más avanzada para la cirugía laparoscópica.

El Hospital de Alvor dispone de equipos con sistema de imagen Full HD y visualización 2D, mientras que el Hospital de Gambelas cuenta con el sistema Einstein Vision 3D. Todas las ventajas, como se ha mencionado anteriormente, mejoran la precisión visual, la orientación espacial de los gestos quirúrgicos y también en la facilidad de manejo del equipo.

El HPA fue una de las primeras instituciones del Algarve en implantar sistemáticamente la cirugía laparoscópica, apoyándose en importantes estudios de casos y en una experiencia innovadora, en el ámbito de las diversas especialidades médicas.

Este método quirúrgico tiene numerosas ventajas para el paciente. Suele ser menos doloroso, tiene menos riesgos perioperatorios y postoperatorios, concretamente la hemorragia, lo que permite una vuelta más rápida a las actividades profesionales y sociales del día a día. Los resultados de la anestesia son prácticamente imperceptibles al cabo de poco tiempo, debido al reducido tiempo necesario y al tamaño y número de las cicatrices.

Celebramos este mes la apertura del HPA de Gambelas hace 12 años, también queremos felicitar a su avanzado Centro de Laparoscopia que ha salvado y devuelto la calidad de vida a cientos de pacientes.