"Entre el 1 y el 15 de diciembre, entraron en el país sin un test, es decir, el número de actas de infracción es de 1.274 y hay 36 empresas implicadas", explicó Mariana Vieira da Silva.

Desde el 1 de diciembre, todos los pasajeros que llegan a Portugal por vía aérea están obligados a presentar un test negativo o un certificado de recuperación a su llegada.

Los pasajeros de vuelos nacionales, los niños menores de 12 años y las tripulaciones están exentos de la prueba obligatoria, PCR o rápida.

Las aerolíneas que transporten pasajeros sin un test negativo incurren en una multa de entre 20.000 y 40.000 euros por pasajero, y los viajeros también están sujetos a infracciones administrativas por no presentar un test a la llegada, que pueden ser multadas con entre 300 y 800 euros.