Anacom, la Autoridad Nacional de Comunicaciones, probó la calidad de las redes móviles del municipio, entre el 8 y el 17 de noviembre, y constató que algunas localidades, concretamente en el centro de la ciudad, "son muy buenas en términos de comunicaciones móviles".

En las zonas rurales, la situación es diferente, concretamente en la frontera, donde "en muchas zonas" la población sólo puede acceder a las llamadas de móvil y a Internet a través de la red española, lo que permite la itinerancia internacional, que actualmente no supone un coste adicional para el consumidor.

El estudio de Anacom detectó, sin embargo, dos poblaciones, Guadramil y Petisqueira, donde "no hay cobertura de red móvil disponible, ni de los operadores nacionales portugueses, ni a través del roaming internacional".

En estas localidades, ni siquiera es posible llamar al 112 porque no hay señal y en otras, incluso con señal de red, no es posible establecer una conexión o se cae por la mala calidad.

El municipio de Bragança ha venido alertando al Gobierno de estas situaciones, pero, según el alcalde de Bragança, Hernâni Dias, el problema está en las operadoras que no están dispuestas a encontrar soluciones porque no ven un beneficio entre unos pocos habitantes.

El alcalde explicó que la cámara, en colaboración con las juntas parroquiales, ha intentado negociar directamente con las operadoras, ofreciéndoles eximirlas "incluso del pago de las tasas de instalación de antenas para poder dar servicio a las zonas rurales".

"Aun así, no han solucionado los problemas. Es muy difícil que las operadoras hagan estos trabajos en las zonas rurales porque probablemente no les compensa desde el punto de vista económico la inversión que tienen que hacer, por lo tanto, no hacen estos trabajos y de ahí el perjuicio que tenemos hoy en nuestras comunidades rurales", afirmó.