"En lo que respecta a las fronteras, mantendremos el control como se ha hecho hasta ahora, continuando con la exigencia de la prueba negativa obligatoria para todos los vuelos que lleguen a Portugal y seguiremos aplicando las sanciones a los pasajeros o a las compañías aéreas que embarquen a los pasajeros sin la prueba realizada", dijo António Costa en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
El comunicado del Consejo de Ministros también señala que las medidas especiales sobre las pruebas para los vuelos internacionales se prorrogan "hasta el 9 de febrero de 2022".
Desde diciembre de 2021, todos los pasajeros que lleguen a Portugal por vía aérea están obligados a presentar una prueba negativa o un certificado de recuperación al aterrizar.
Los pasajeros de vuelos nacionales, o los menores de 12 años, y las tripulaciones están exentos de la obligación de realizar la prueba, el PCR o el fast-track.
Las compañías aéreas que transporten pasajeros sin una prueba negativa incurren en una multa de entre 20.000 y 40.000 euros por pasajero y los viajeros también están sujetos a una falta, de entre 300 y 800 euros, por no presentar una prueba a la llegada.
En la rueda de prensa, el Primer Ministro dijo que desde el 1 de diciembre se han inspeccionado 1,2 millones de pasajeros y 11.000 vuelos, lo que ha dado lugar a la imposición de infracciones administrativas a unos 2.000 pasajeros y 40 compañías aéreas por incumplimiento de las normas de comprobación obligatorias para la entrada en Portugal.