Según la asociación, ya hay consecuencias en términos de demanda y algunos indicios de escasez de cereales y, al límite, "se puede cuestionar si será posible garantizar el suministro de cereales y, por extensión, de pan".

Ante el aumento de los costes, como el precio de la harina, el combustible y la energía, agravado por la guerra de Ucrania, "si este escenario se acentúa, habrá empresas que sucumban", advirtió ACIP.