Puedes ser feliz ahora mismo. No es necesario esperar a que ocurra nada concreto. No es necesario que se produzcan cambios trascendentales. El secreto es dejar de lado lo que crees que necesitas para mejorar tu vida. Es muy sencillo. Ser feliz es un estilo de vida. Es importante a qué dedicas tu tiempo y con quién lo pasas. Es importante cómo piensas y cómo te ves a ti mismo y al mundo.

Dejar ir
La inclusión de los principios espirituales y dejar ir lo que pensamos que debe ser "Feliz" es simple, aunque no siempre es fácil. Dejar ir las expectativas deja espacio para toda la belleza del Universo. Cuando juzgamos nuestras experiencias en lugar de aceptarlas, corrompemos nuestras emociones y la vida se siente como una lucha petulante. Dejar ir es la clave. Deja ir todas las cosas que no puedes controlar.


Entonces, ¿qué es lo que no puedes controlar?

No puedes controlar a las personas, los lugares o las cosas. Claramente, eso no deja mucho más.
Aprender a confiar en el Universo te libera de la ilusión de que puedes controlar cualquier cosa fuera de ti. Así es como alcanzamos la paz mental y nos llenamos de verdadera alegría. Permíteme decir esto de nuevo ¡CONFÍA EN EL UNIVERSO!


La elección de la felicidad

La felicidad es una elección. Es un sistema de creencias. Puedes codificarte para ser feliz, alegre y vivir en Gracia. Eso no te excluye de las experiencias dolorosas de la vida. Más bien aceptamos que el dualismo es la naturaleza del Universo y parte de lo que permite la alegría. Experimentamos una vida más feliz y procesamos el dolor en tiempo real de forma saludable.
La conciencia y la responsabilidad son esenciales para conseguir la felicidad. La clave es trabajar en nosotros mismos y aceptar la responsabilidad de nuestro futuro. Asumir la responsabilidad de la propia felicidad elimina la mentalidad de víctima y nos saca de la fiesta de lástima alimentada por el ego. El victimismo es una respuesta negativa secundaria al dolor y al sufrimiento que amplía y aumenta nuestra miseria.
Darse cuenta de que otras personas no son responsables de nuestro bienestar o felicidad y aprender que nadie más es responsable de cómo respondes a la vida es revolucionario.


Trauma
En diversos grados, la mayoría de las personas sufren algún tipo de trauma. Hay formas eficaces de superar las respuestas. La aceptación no es que el trauma no exista, sino que somos responsables ahora, de sanar y crecer a partir de él.

Conseguir el control de nuestra vida emocional puede ser un reto cuando hemos amontonado trauma sobre trauma o vivimos atascados en ciclos negativos repetitivos. Hacer cambios puede ser difícil pero también puede ser divertido, interesante y fascinante. Definitivamente, ¡no es aburrido! Si te aburre la idea de tu propia evolución personal, entonces tienes un problema. Recuerda que el mayor placer de tu vida es llegar a ser tú, así que aprende a amarlo.


No tienes la culpa de tu trauma, pero ahora eres responsable de su curación.
Las personas dañadas, dañan a las personas. Sanarte a ti mismo es un regalo para todos y una contribución a la sociedad. Cada dolor del corazón puede utilizarse como abono para producir los estados de vida más elevados.Encontrar la manera de superar el dolor y el trauma puede parecer abrumador. Qué mejor que pedir la guía de todo el Universo. La terapia o el coaching informado sobre el trauma también pueden ayudar a impulsar el cambio.


Grandes elecciones

Tienes que elegir. Entrar en la oscuridad de la autocompasión y los patrones reciclados o en la luz de la curación. Ambas cosas duelen. Un camino te trasciende y el otro te degrada. La curación necesita amor propio y compasión. No puedes curarte desde un lugar de crítica brutal. La única manera de sanar es cultivando la compasión por uno mismo. Un método eficaz es hacer la curación del niño interior.