Según un informe de CNN Portugal, el gobierno espera ganar otros 59 millones de euros con el Impuesto sobre Vehículos (ISV), que se paga al comprar un coche nuevo. El ministro de Finanzas, Fernando Medina, justificó el valor con "las perspectivas de evolución del mercado".

Pero el mercado, o al menos la asociación que lo representa, tiene una perspectiva diferente a la del gobierno. Helder Barata Pedro, secretario general de ACAP, no prevé un crecimiento tan acelerado: "Desgraciadamente, puede que no lleguemos", resume.

¿Por qué?

Porque hay varios factores que influyen negativamente en el sector. Empezando por la crisis de los semiconductores, que está "lejos de resolverse", lo que limita la oferta. Luego está el impacto de la guerra en Ucrania, ejemplificado por las "fábricas ucranianas que pararon por la escasez de cableado". Por último, la incertidumbre generada por los precios del combustible también puede retrasar la decisión de muchos portugueses de comprar un coche nuevo.

Helder Barata Pedro dijo a CNN Portugal que el mercado está, en este momento, "un 40% por debajo del mismo periodo de 2019", el último año antes de la pandemia. Y las perspectivas para 2022 son de un crecimiento del 8%, muy lejos de la evolución indicada por el Gobierno.