"Podemos enfrentarnos a una situación complicada, porque en los meses de verano es cuando las principales actividades económicas del Algarve, la agricultura y el turismo, tienen también su mayor consumo", dijo Pedro Valadas Monteiro.

La sequía persiste

Según el funcionario, las lluvias que cayeron en la región en marzo y abril "mejoraron el panorama", pero "no resolvieron el problema" de la falta de agua en el Algarve, porque aunque ya no hay ninguna parte de la región en sequía extrema, la sequía persiste.

"Seguimos en sequía y se acerca el periodo crítico en cuanto al consumo de agua, que además coincide con el periodo en el que dejarán de producirse precipitaciones", señaló, subrayando que los agricultores intentan ahorrar la mayor cantidad de agua posible.

Según el director regional de Agricultura, aunque marzo fue un mes muy lluvioso, esto no solucionó el problema de la sequía porque las reservas de agua "eran muy bajas", tanto a nivel de los embalses como del agua existente en el suelo.

"La situación dramática que viven [los agricultores] hoy en día es cuando llega el momento en que las necesidades de agua de los cultivos aumentan y hay que hacer un aporte artificial de agua, a través del riego. Si no hay agua disponible, ¿cómo se van a regar esos cultivos?", dijo.