Según el ayuntamiento, el objetivo es obtener "contribuciones para la armonización de la vida nocturna de la ciudad", para intentar frenar el fenómeno del consumo de alcohol en los espacios públicos, controlar la venta de bebidas y reducir el ruido por la noche.

Una de las medidas de la modificación del reglamento es el uso de pintura hidrofóbica, que protege las paredes y los bienes repeliendo la orina contra el infractor.

La iniciativa ya había sido introducida por la Cámara de Oporto antes de que comenzara la pandemia, pero para no contribuir a la propagación del Covid-19, fue suspendida.

En contra de lo que cabría esperar, las reuniones informales de grupos que bebían en espacios públicos se intensificaron durante la pandemia. Con los bares y discotecas cerrados, se siguieron vendiendo bebidas en el mostrador y uno de los efectos secundarios de esto fue la micción pública.

Ana Cláudia Almeida, directora de Movida, explicó al consejo la medida de la pintura hidrofóbica en la última reunión del Ejecutivo. Su aplicación "se reforzará", ya que se considera una de las soluciones más eficaces, según un informe del Jornal de Notícias.

La pintura ya se utiliza en varias ciudades europeas, para defender el patrimonio urbano, y repele la orina contra el infractor, que se queda con los pantalones y los zapatos mojados. También permite que los lugares sean limpiados fácilmente por el ayuntamiento.