El lupus es una enfermedad autoinmune que afecta a unos 5 millones de personas en todo el mundo. Una enfermedad autoinmune significa que el sistema inmunitario, que normalmente protege nuestro cuerpo, se vuelve contra sí mismo y lo ataca, provocando una inflamación y cambiando la función del sistema afectado. La inflamación provoca dolor, calor, enrojecimiento e hinchazón. No se conoce la causa del lupus y no hay cura para esta enfermedad. El lupus es una enfermedad crónica, aunque hay fases de remisión (cuando la enfermedad está "dormida") y brotes (cuando la enfermedad es reactiva). Esta enfermedad puede afectar a muchos órganos y sistemas diferentes (de ahí el nombre de lupus sistémico). También puede haber formas muy diferentes de la enfermedad; los síntomas varían de un paciente a otro e incluso, en el mismo paciente, de un periodo a otro. El lupus tiene una amplia gama de gravedad y puede tener complicaciones muy graves que requieren atención urgente. Sin embargo, el tratamiento actual disponible permite a la mayoría de los pacientes tener una buena calidad de vida.

La enfermedad es más frecuente en el sexo femenino (entre ocho y diez veces más), y se presenta sobre todo en edad fértil.

Aunque todavía no se conoce la causa del lupus, se sabe que hay situaciones que hacen más evidentes sus síntomas. Estos factores pueden ser endógenos (del individuo) como el estrés físico y emocional, el cansancio excesivo, las infecciones, la falta de sueño, los traumatismos, el embarazo y exógenos (externos) como la luz solar y los fluorescentes.

El curso del lupus es imprevisible. Por lo general, no es una afección muy grave, pero sin tratamiento puede llegar a serlo. Cuando está bien orientado y tratado, es posible vivir con Lupus manteniendo una muy buena calidad de vida.

Uno de los problemas del Lupus son sus brotes. Un brote es una reactivación aguda de la enfermedad, que se manifiesta por el agravamiento de los síntomas preexistentes o el desarrollo de nuevos síntomas. El paciente puede experimentar cansancio, dolor articular, úlceras en la boca, manchas rojas en la piel, dolor en el pecho al inspirar, hinchazón de las manos, los pies o la cara. Los brotes pueden adoptar diferentes formas, indican la actividad de la enfermedad y suelen requerir una terapia específica.

Los síntomas y signos que sugieren la presencia de lupus son principalmente el cansancio, la pérdida de apetito y la pérdida de peso, las manchas rojas/rosadas (en forma de mariposa) en la cara, especialmente en las mejillas y la nariz, el cuello o los brazos, la excesiva sensibilidad a la luz solar, la pérdida de cabello y las llagas en la boca o la nariz.

El objetivo del tratamiento del lupus es prevenir el "ataque" de los órganos vitales y mantener la enfermedad inactiva. El plan de tratamiento incluye fármacos, ejercicio y descanso adecuados, dieta y evitar la exposición a los rayos UV y el estrés.

Debido al impacto que la enfermedad puede tener en la calidad de vida de los pacientes, es sumamente importante conocer esta afección y reunir toda la información posible para reducir el sufrimiento causado por esta enfermedad incapacitante y potencialmente mortal.