Las cajas de botín son "cajas o paquetes misteriosos" de contenido digital creados por la industria de los videojuegos que los consumidores compran con dinero real. El contenido de estas cajas de botín es aleatorio y ofrece a los jugadores ventajas para su desempeño en el videojuego. Los consumidores desconocen el contenido digital de estas cajas o paquetes cuando las pagan.

El Informe denuncia los problemas que plantean las cajas de botín, que perjudican gravemente los derechos e intereses de los consumidores, especialmente de los más vulnerables, ya sea mediante mecanismos depredadores o fomentando la ludopatía, siempre con el objetivo de obtener un beneficio.

La industria de los videojuegos, a través de agresivas técnicas de marketing, manipula los comportamientos de los consumidores, incluidos los menores, haciéndoles gastar grandes cantidades de dinero.

La regulación: Una necesidad real

La industria de los videojuegos es una de las mayores industrias del entretenimiento en el mundo, incluso más lucrativa que el cine o la música. En todo el mundo, más de 2.800 millones de consumidores juegan a menudo con videojuegos, incluidos niños y adolescentes. En las dos últimas décadas, las compras de contenidos digitales adicionales se han convertido en una importante fuente de ingresos para la industria, representando más de 13.500 millones de euros.

Además, DECO, junto con 20 organizaciones de defensa de los derechos de los consumidores, pide a las autoridades nacionales y de la UE que desarrollen investigaciones e intervenciones reguladoras en el mercado de los videojuegos: "Pedimos medidas estrictas, como la prohibición del diseño engañoso, la protección específica de los menores y la transparencia comercial. Las autoridades nacionales y europeas y la industria deben garantizar un entorno seguro y transparente para los jugadores", dijo DECO.