"Actuamos dentro de nuestras prerrogativas dentro de nuestras competencias y actuamos en base a la información que tenemos y creemos que es vital que todos mantengamos la calma a pesar de las altas temperaturas que hay en el exterior, y que con la cabeza fría podamos discutir la mejor manera de responder a esta crisis", dijo el principal portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer.

Preguntado en la rueda de prensa diaria de la institución en Bruselas sobre la oposición de países como Portugal, España, Grecia y Polonia a la propuesta presentada el miércoles por el Ejecutivo comunitario, Eric Mamer declinó comentar "declaraciones políticas concretas".

"No es un juego al que vayamos a jugar", añadió.

Recordando que en la UE ya ha habido "debates encarnizados" sobre otros asuntos, el portavoz consideró necesario "reforzar efectivamente la solidaridad europea en el ámbito de la energía".

Y advirtió: "Ninguno de nosotros debe cometer el error de creer que sólo hay un Estado miembro preocupado por la dependencia del gas ruso".

"Todos deberíamos ser muy conscientes de que lo que puede empezar como un problema en el ámbito energético se convertirá muy rápidamente en un problema en términos económicos y no creo que a nadie le interese", dijo Eric Mamer.

Hasta ahora, Portugal, España, Grecia y Polonia han manifestado su desacuerdo con la medida propuesta, que se debatirá en el Consejo extraordinario del próximo martes.

El miércoles, la Comisión Europea propuso un objetivo de reducción del consumo de gas de la UE en un 15% para la primavera, cuando se teme que se corte el suministro ruso, admitiendo proceder a una reducción obligatoria de la demanda ante la advertencia.

El objetivo es que, entre el 1 de agosto de este año y el 31 de marzo de 2023, los Estados miembros reduzcan su consumo de gas natural en un 15% (respecto a la media histórica en ese periodo, considerando los años 2017 a 2021), para aumentar el nivel de almacenamiento europeo y crear un colchón de seguridad para situaciones de emergencia.

En Portugal, el gas ruso representó, en 2021, menos del 10% del total importado.