A pesar de que faltan algunas piezas, Paulo Botelho, de Engobe - Arqueología y Patrimonio Cultural, Lda, dijo a Barlavento que el horno es el primero que aparece en Faro, del siglo XVI, y que se encontró bien conservado.

Antes de que se encontrara el horno, también se hallaron "evidencias" de la actividad alfarera en la región, concretamente cenizas, lo que revela que puede haber más hornos. El arqueólogo Fernando Santos señala a Barlavento que es posible que Faro no haya sido siempre una ciudad en la que la alfarería fuera más destacada, en comparación con las ciudades de Lagoa, Silves y Tavira.

Fernando Santos añade también que las estructuras tenían poca durabilidad y que con el tiempo podían volverse inestables. En estos casos, la solución sería cerrar el horno o reconstruirlo, lo que es evidente en algunas partes del horno encontrado.

No se han encontrado piezas cerámicas intactas, sólo piezas que podrían ser el resultado de la última hornada, que pudo tener lugar a principios del siglo XVII. Fernando Santos cree que Faro fabricaba productos como "utensilios de cocina", como ollas y velas para la iluminación.

A principios de julio, ya se había descubierto parte de la estructura, y después, con el apoyo de Paulo Botelho, se amplió la zona de investigación, dando a los arqueólogos más libertad para encontrar artefactos. Durante el proceso de excavación del horno, también se encontraron rastros de obras romanas, según el semanario Barlavento.