João Gomes Cravinho se reunió este jueves en Washington con el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, y con el secretario de Estado, Antony Blinken, momento que aprovechó para abordar el ciberataque, indicando que los ánimos están más calmados.

"Hemos tenido la oportunidad de hablar brevemente [sobre el ciberataque] con Jake Sullivan, un poco más con Antony Blinken. Los ánimos están muy calmados, porque, como subrayó Blinken, muy sinceramente, este es un campo en el que todos estamos aprendiendo. Todos tenemos vulnerabilidades y tenemos que apoyarnos mutuamente", dijo el MNE a los periodistas portugueses al final de la reunión con Blinken.

"Quedamos muy satisfechos con algunas propuestas americanas sobre las formas de colaborar con nosotros, para cerrar las puertas y ventanas que puedan estar abiertas. Este es un campo muy técnico, muy complejo, y nuestros expertos están trabajando muy duro en colaboración con la OTAN, en colaboración con aliados como Estados Unidos. Y, por lo tanto, lo que hicimos aquí fue simplemente verificar la disponibilidad para continuar esta buena colaboración que venimos teniendo", añadió el MNE.

El Ministerio Público abrió esta semana una investigación vinculada al ciberataque contra el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas en el que se extrajeron documentos clasificados de la OTAN y se pusieron a la venta en la dark web, indicó la Fiscalía.

Según el Diário de Notícias de la semana pasada, el Gobierno portugués fue informado de la situación por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, a través de la embajada en Lisboa, mediante una comunicación que se hizo directamente al Primer Ministro, António Costa, en agosto pasado.

El mismo periódico mencionó que este caso se considera de "extrema gravedad" y que fueron los ciberespías estadounidenses los que detectaron "cientos de documentos enviados por la OTAN a Portugal, clasificados como secretos y confidenciales, para su venta en la dark web".

En su momento, el Ministerio de Defensa Nacional afirmó que ya estaba investigando "todos los indicios de una posible violación de la seguridad informática" y alegó la "sensibilidad" de esos procesos para no comentar la denunciada exfiltración de documentos de la OTAN.