Hace unos años asistí a un evento educativo para aprender todo sobre los camaleones. Fue una visión fascinante de estos misteriosos lagartos, pero me sentí igualmente intrigada y, francamente, encantada por el peculiar e inusual edificio en el que se impartía la clase. Desde entonces, he sentido curiosidad por él y pensé que ya era hora de volver y descubrir más...

Cuando llegué me encontré con Sandra, del Museo Municipal de Olhão, que se encarga de la gestión del edificio, que se encuentra en un bosque de pinos llamado Pinheiros de Marim, junto al camping de Olhão. Nos sentamos en un banco de picnic en el jardín lleno de chumberas, donde descubrí más sobre la historia del lugar, así como del hombre de cuya mente creativa había surgido...

Justicia poética

João Lúcio Pousão Pereira nació en Olhão en 1880 en el seno de una familia acomodada. Su poesía se publicó por primera vez a los 12 años y, a lo largo de su vida, trabajó e incluso fundó varias publicaciones. Escribió tres libros, pero fue el segundo, "O meu Algarve", publicado en 1905, el que lo convirtió en uno de los poetas algarvíos más famosos.

Era un hombre muy sensible y elocuente, y con un giro en el extremo de su tupido bigote, sin duda tenía estilo. Tras estudiar Derecho en Coimbra, regresó al Algarve, donde su poética forma de hablar le hizo famoso por su capacidad para cautivar a los tribunales, y aún hoy se le considera uno de los abogados más distinguidos de la región.

También viajó mucho. Visitó muchos países de Europa con su familia, e incluso fue a Marruecos.

Pero su vida también estuvo marcada por la tragedia. Dicen que fue la muerte de su hijo en la infancia lo que le llevó a buscar el aislamiento y a crear este excéntrico edificio en el bosque. Con pinos hasta donde alcanza la vista en todas las direcciones -excepto en el sur, que sigue teniendo la vista más extraordinaria de la Ría Formosa-, puedo entender perfectamente que éste fuera el lugar perfecto y tranquilo para trabajar en su poesía.

Lamentablemente, nunca llegó a disfrutarlo. Se instaló allí, pero sólo dos meses después, en octubre de 1918, murió. Sólo tenía 38 años.

Después de su muerte, su familia se mudó y el edificio fue cuidado por cuidadores antes de caer en el deterioro. En 1998 se convirtió en un museo con exposiciones sobre la vida de João Lúcio y en una ecoteca para enseñar a la gente sobre temas ecológicos.

Viajar sin viajar

Se puede entrar en el chalé por el norte, el sur, el este o el oeste. Cada escalera es única y sólo cuando se mira hacia abajo desde el balcón se puede entender realmente lo que está pasando. La escalera del lado sur tiene forma de guitarra tradicional y la del lado este es un violín. ¿Empieza a percibir un tema musical? Pues olvídelo: la parte norte representa un pez y la pequeña y curvada escalera occidental es una serpiente.

Si observa con atención las paredes exteriores, también verá algún sol, una serpiente, una luna o incluso un faraón egipcio. Todo puede parecer un poco aleatorio, pero sin duda había un método en su locura. El conjunto es una composición maravillosamente bien pensada de ideas que obtuvo de sus viajes y de las cosas que le gustaban de su tierra natal.

El tesoro que contiene

El centro del chalé está coronado por una impresionante cúpula de cristal que inunda el interior de luz. Al situarse debajo de ella (girando sobre su propio eje al son de la música clásica de piano que suena de fondo) se percibe realmente la disposición perfectamente simétrica del edificio. De hecho, la propia planta parece un maravilloso mandala.

El precioso regalo

Una encantadora señora llamada Ana Bandeira o "Nucha" ha estado trabajando allí desde que se restauró el edificio. Se mostró emocionada al mostrarme todos los artículos de prensa y revistas en los que ha aparecido el chalé (sólo puedo esperar que esta historia forme parte de su colección), y debería haberla visto iluminarse mientras recitaba uno de los poemas de João Lúcio que están expuestos en los paneles de texto de la casa.

Hoy en día, sin embargo, esta brújula viviente está buscando una nueva dirección e identidad. No le vendría mal un poco de restauración para devolverle su antiguo esplendor. Pero aún así, es una joya escondida y un lugar divertido e inusual para visitar.

Si llama a la puerta un día laborable, probablemente Nucha le oirá y le enseñará el lugar con mucho gusto. Pero para estar seguro, también puedes escribirles y avisarles de que vas a ir.

Envía un correo electrónico a casajoaolucio@cm-olhao.pt y busca Ecoteca de Olhão / Chalé-Museu João Lúcio en Google Maps para saber cómo llegar.