Basándose en datos oficiales, el informe indica que una gran proporción de las peras europeas (49%), las uvas de mesa (44%), las manzanas (34%), las ciruelas (29%) y las frambuesas (25%) se vendieron con plaguicidas vinculados a un mayor riesgo de cáncer, malformaciones de nacimiento, enfermedades cardíacas y otros problemas de salud graves.

La organización señala incluso que la mayoría de los pesticidas en cuestión son una amenaza incluso en dosis muy bajas.

Del documento, titulado "El paraíso de los pesticidas", se desprende que las peras portuguesas estaban entre las más contaminadas (68%), por detrás de las belgas (71%) y las holandesas (70%).

En cuanto a las manzanas, las holandesas fueron las más contaminadas, casi tres cuartas partes (71%), seguidas de las griegas (54%). En el caso de las manzanas portuguesas, la mitad de ellas (50%) estaban contaminadas.

En el caso de las frambuesas, Portugal estaba mucho mejor posicionado que el peor clasificado, Noruega, con un 61% de contaminación. El valor de las frambuesas portuguesas fue del 11%.

PAN Europe ha analizado 44.137 muestras de fruta fresca analizadas por los gobiernos entre 2011 y 2020 y ha concluido que la situación de los pesticidas ha empeorado y que la contaminación de manzanas, peras y ciruelas casi se ha duplicado desde 2011, aumentando un 110%, 107% y 81%, respectivamente.

En 2020, un tercio (33%) de todas las frutas analizadas estaban contaminadas, mientras que en 2011 el valor no pasaba del 20%.

Pedro Horta, de la organización ecologista portuguesa Zero, entidad que forma parte de PAN Europa, afirma también, citado en el documento, que la fruta está cada vez más contaminada porque "la industria está escribiendo las reglas".

"La Comisión Europea es consciente del fracaso de la eliminación progresiva desde al menos 2018, pero no ha tomado ninguna medida significativa", acusa PAN Europa, que añade en las conclusiones del informe que es como si, "en lugar de dar un paso hacia una agricultura sin tóxicos, la Unión Europea (UE) estuviera dando un paso hacia una agricultura totalmente tóxica".