Paseando por las calles floreadas del Casco Antiguo de Marbella, en un soleado día de septiembre, la vida parece muy agradable.

Limitando con Portugal al oeste y extendiéndose hasta Almería y más allá, Andalucía es la segunda región más grande de España, con una gloriosa y larga costa mediterránea que atrae y encanta a los viajeros. Protegida por las montañas de Sierra Blanca al norte y situada en el corazón de la Costa del Sol, Marbella goza de una media de 325 días de sol al año, mientras que los días de invierno suelen superar los 20 grados.

Las buganvillas y las jacarandas decoran las bonitas calles, mientras que los fragantes naranjos son tan abundantes que tienen su propia plaza en la Plaza de los Naranjos.

En lo alto de la ciudad, soy huésped del Club Med en el recién inaugurado resort familiar Magna Marbella, la primera incursión de la compañía francesa en España desde hace 20 años, en un lugar donde antes tenía su sede. El modelo de turismo "todo incluido" del Club Med, que ahora cuenta con más de 70 complejos en todo el mundo, ha recorrido un largo camino desde sus orígenes en la isla española de Mallorca en 1950, cuando el alojamiento era un conjunto de tiendas de campaña.

Desde entonces, han mejorado: las tiendas se han convertido en suites y nunca he visto tanta langosta en la mesa, además de una gran cantidad de vieiras y ostras.

Cocina española

La mejor cocina española, procedente en gran parte de Andalucía, se presenta de forma espectacular en bandejas de carnes, quesos, frutas y verduras, todo ello acompañado de buenos vinos.

Siendo un debutante en el Club Med y en el todo incluido, me llama la atención el enfoque en el bienestar. Las actividades disponibles para los huéspedes van desde el tiro con arco hasta el tenis, pasando por el trapecio volante o el yoga. Me conformo con nadar -en las piscinas de la laguna y de la Zona Zen- y con un masaje.


La Zona Zen está situada en el punto más alto de las 12 hectáreas de jardines en terrazas del complejo. Desde aquí, en los días claros, se puede ver Gibraltar y Marruecos a través del océano azul y lechoso que es el mar de Alborán, la parte más occidental del Mediterráneo.

Podría relajarme aquí durante toda mi estancia, pero sería una pena perderse lo que la región tiene que ofrecer.

Marbella

El centro histórico de Marbella está a 20 minutos a pie del complejo. Aquí, visito la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, el Puente del Cristo del Amor y el parque que lo rodea, que contiene la arquitectura modernista de la Biblioteca Central Fernando Alcalá.

Más allá, Mijas es un pueblo que merece una visita independientemente de la época del año, con sus calles de casas encaladas, tan comunes en el sur de España, brillando contra el cielo azul brillante.

La fiesta anual de la Virgen de la Peña, conocida como la Feria de Mijas, está en pleno apogeo cuando llego. Se trata de una celebración de una semana en honor a la patrona de Mijas, tras el descubrimiento de un santuario por parte de un monje en el siglo XVII.

Con el Peñón de Gibraltar y el norte de África como telón de fondo, cientos de familias se reúnen para compartir comida y bebida en este encantador pueblo de la sierra, donde muchas de las mujeres deslumbran con brillantes trajes de flamenca de todos los colores.

Pablo Picasso

Un hijo famoso de Andalucía es Pablo Picasso, que nació en Málaga. En el Museo de Arte Contemporáneo de Mijas (cacmijas.info) se exponen muchas de sus obras, junto con varias de Salvador Dalí.

El lugar de nacimiento de Picasso es mi siguiente parada, donde exploro varios lugares fenicios, romanos y árabes, como la fortaleza de la Alcazaba y el castillo de Gibralfaro, así como la magnífica catedral de Málaga.

De vuelta al Club Med Magna Marbella, vuelvo a la amplia oferta culinaria y me encuentro con la mejor paella que he probado nunca. La riqueza de los sabores, combinada con la sal del marisco, es extraordinaria.


Pero no todo es comida y deporte. Las noches están amenizadas por bailarines de flamenco y grupos de danza, además de música en vivo y discotecas.

El Club Med ha viajado mucho a lo largo de sus 70 años de historia, y no parece que vaya a perder fuelle. La empresa, que ahora es propiedad del conglomerado chino Fosun Group, ha conseguido mantener su identidad francesa, al tiempo que se ha introducido en el mercado chino con numerosos complejos turísticos previstos o ya abiertos en el país.

Sin embargo, sigue existiendo un fuerte mensaje, que tal vez sea el más adecuado para la propia filosofía del Club Med: "El propósito de la vida es ser feliz, el momento de serlo es ahora y el lugar para serlo es aquí".