En marzo, los ayuntamientos del Algarve aprobaron un conjunto de medidas para reducir la sequía en la región, como el cierre de algunas piscinas públicas en verano, la limitación del riego en los espacios verdes o su reconversión a especies que necesiten menos agua.

"Cada vez más preocupante"

"El balance [de las medidas para combatir la sequía] es positivo. Pero la situación no es positiva. Es cada vez más preocupante", dijo António Miguel Pina a la agencia Lusa.

El presidente de AMAL advirtió de que, si sigue sin llover hasta final de año, habrá que tomar "medidas más difíciles", como reducir "parte o todo" el acceso de la agricultura al agua disponible o "frenar" el consumo público mediante un "aumento significativo" de la factura del agua.

António Miguel Pina, que también es alcalde de Olhão, estimó que la reducción del consumo de agua conseguida con las medidas que tomó AMAL este verano representó un 8%, respecto a 2019, así como con una "mayor concienciación" de la población ante el problema de la escasez de agua.

Los 16 alcaldes del Algarve decidieron el pasado mes de julio cerrar las piscinas públicas municipales durante el mes de agosto, una medida que se prolongó hasta finales de septiembre, a excepción de las piscinas de los territorios más interiores.

El Consejo Intermunicipal también aprobó, al mismo tiempo, el cierre de las fuentes ornamentales, la reducción de los días de riego y el cese del riego de los espacios verdes públicos.

Falta de agua

Según datos de la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente (APA), los embalses del Algarve tienen actualmente sólo 90 hectómetros cúbicos (millones de metros cúbicos) de agua en reserva, cuando el consumo público (urbano) anual es de 72, que se eleva a 110 si se añade el consumo de las unidades agrícolas.

"Esto significa que si no llueve más que el año pasado, no habrá agua para seguir atendiendo ambos tipos de consumo", dijo el alcalde.

En la reunión, se decidió esperar hasta el final del año, que coincide con los tres primeros meses del inicio del año hidrológico (la temporada de lluvias, que comienza el 1 de octubre), para que, en enero, las autoridades municipales del Algarve vuelvan a evaluar la situación.

"En ese momento, si no llueve más que el año pasado [...] tendremos, tal vez, que tomar medidas más difíciles, como reducir en parte, o en su totalidad, el acceso a esta agua por parte de la agricultura", dijo el presidente de AMAL.

Aumento de la factura del agua

Otra medida que "puede" tomarse es, "eventualmente, frenar el consumo público a través de una subida" de las tarifas del agua, como había sugerido en agosto el Gobierno.

El Ejecutivo anunció entonces que, para hacer frente a la situación de sequía, recomendaría aumentar la tarifa del agua para los mayores consumidores (a partir de 15 m3) en 43 municipios en situación más crítica, entre ellos tres del Algarve (Lagos, Vila do Bispo y Aljezur).

El aumento de la tarifa, según el ministro de Medio Ambiente, Duarte Cordeiro, debe dirigirse a los consumidores de más de 15 metros cúbicos de agua, siendo el consumo medio de una familia de unos 10 metros cúbicos.

Duarte Cordeiro explicó que el aumento de las tarifas está destinado a los 43 municipios con menos agua, y añadió que "nada impide que otros" municipios lo hagan.

António Miguel Pina concluyó que estas medidas estarán "sobre la mesa" en la reunión que AMAL celebrará en enero y, "hasta ese momento, los municipios del Algarve mantendrán las medidas de ahorro de agua y esperan que la naturaleza sea favorable".