Al ser una cuestión emergente, que causa varios problemas, como los medioambientales y los sociales, algunas empresas ya están empezando a aprovechar el desperdicio para ayudar a los que no pueden comprar alimentos, en los lugares más diversos. Así, restaurantes y supermercados empiezan a colaborar poco a poco con asociaciones que reducen el impacto del desperdicio de alimentos en el país.

Refood

Refood, en Portugal, funciona desde hace más de una década y, en todo el país, aprovecha los alimentos que no pueden ser utilizados por los más diversos establecimientos, para donarlos a quienes más lo necesitan. Hunter Halder, dijo a The Portugal News, que la idea de crear Refood surgió tras una cena con sus hijas, en la que se dieron cuenta de que no había alternativas para que los propietarios aprovecharan los residuos de comida, aparte de tirarlos a la basura. Actualmente, "6.093 voluntarios" trabajan, de media, dos horasa la semana.

Los voluntarios recogen los alimentos de los socios de Refood en sus zonas, como restaurantes o supermercados, y luego los llevan al "centro de operaciones", donde se preparan los alimentos y se elaboran las cestas, según las necesidades de las familias que se benefician de la ayuda de Refood. En total, la asociación cuenta ya con 62 sucursales de Refood, una de ellas en Madrid (España).

A medida que pasa el tiempo, el valor de las comidas distribuidas aumenta. Si en la primera mitad de Refood, Hunter Halder, distribuyó en solitario "mil comidas al mes", en 2021 la cifra superó los dos millones de comidas distribuidas en 12 meses. Según el fundador de la asociación, "cada año" la productividad se duplica. Sin embargo, Hunter Halder destaca el impacto ambiental del trabajo de la empresa, ya que las comidas distribuidas no contaminan el medio ambiente, reduciendo "la entrada de mil toneladas de basura" en residuos orgánicos de los más diversos lugares del país.

Pero más que los números presentados, Hunter Halder destaca el carácter social y cualitativo del trabajo como lo más importante. Según el fundador de Refood, para una familia con pocas posibilidades de adquirir alimentos, les permite "dejar de preocuparse por ello y resolver otros asuntos familiares". Lo mismo ocurre con los voluntarios, que se sentirán realizados al comprobar que forman parte de un proyecto que apela sobre todo a la solidaridad.

Trabajar con socios

El trabajo de Refood no habría sido posible si no hubiera habido socios interesados, como la cadena de supermercados Apolónia.

Apolónia ha declarado a The Portugal News que trabaja con Refood, junto con una asociación entre el Ayuntamiento de Lagoa y Refood. Los Supermercados Apolónia revelaron que se ocupan de los posibles desperdicios de alimentos donándolos a otras asociaciones, como el Banco Alimentar.

Una fuente vinculada a la cadena de supermercados aseguró a The Portugal News que "en cada tienda, hay una entidad en el área de influencia de la tienda y el Banco Alimentar, que es común a las tres tiendas". Para ello, los productos que son "adecuados para ser consumidos" pero "ya no cumplen los requisitos para ser vendidos" son donados, según las normas de la empresa que se entregan a las asociaciones. Según los datos facilitados a The Portugal News, la cadena de supermercados Apolónia donó "más de 62 toneladas" de alimentos a "diversas instituciones del Algarve". Los productos donados se seleccionan cuidadosamente y, tras tener en cuenta todas las precauciones, como "no romper la cadena de frío, cuando proceda", son transportados por las asociaciones con las que la empresa colabora.

Además de colaborar con asociaciones que dan alimentos a familias necesitadas, la cadena de supermercados del Algarve también dona espinas y cabezas de pescado a asociaciones de animales, para que todos los posibles residuos tengan un mejor destino, en lugar de ir instantáneamente a la basura, siendo así también una medida ecológica.

Reducción de residuos

Apolónia ha ido mejorando las condiciones para aprovechar los posibles desperdicios de alimentos, creando condiciones de almacenamiento para que los productos puedan seguir en plena calidad para su consumo. Con todas las demás políticas internas, en las tres tiendas que componen la cadena de supermercados Apolónia: Almancil, Galé y Lagoa, fue posible no sólo reducir el desperdicio sino también aumentar el apoyo a las asociaciones, mostrando mejores resultados a medida que pasan los años. La formación de los empleados también es importante para la empresa, que forma a todos los nuevos empleados en cuanto empiezan a trabajar en la empresa. Según Apolónia, los "trabajadores conscientes" serán los "mayores aliados" a la hora de evitar el desperdicio de alimentos si se les educa en el tema.

Sin embargo, la responsabilidad de luchar contra el despilfarro de alimentos no sólo corresponde a las empresas, ya que los ciudadanos de a pie también pueden poner de su parte. El desperdicio de alimentos es un problema social y medioambiental que puede resolverse donando productos que de otro modo acabarían en la basura.


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Deeply in love with music and with a guilty pleasure in criminal cases, Bruno G. Santos decided to study Journalism and Communication, hoping to combine both passions into writing. The journalist is also a passionate traveller who likes to write about other cultures and discover the various hidden gems from Portugal and the world. Press card: 8463. 

Bruno G. Santos