En las previsiones macroeconómicas de otoño, el Ejecutivo comunitario reflexiona sobre el peso que los altos niveles de inflación y la fuerte subida de los precios de la energía han tenido en el riesgo de pobreza energética, situando a Portugal como el quinto país de la UE con peor situación -sólo superado por Lituania, Croacia, Letonia y Rumanía-, dada la tasa de pobreza energética preexistente y el aumento previsto de la situación actual.

"Es posible cuantificar el efecto del aumento de los precios de la energía y del consumo en la pobreza energética, que se define como una situación en la que los hogares no tienen acceso a los servicios energéticos esenciales", con un "aumento de la pobreza energética como resultado del aumento del coste de la vida", afirma la Comisión Europea en el documento.

Por ello, se puede incluso "inferir un aumento de las dificultades financieras debido al aumento de los precios de la energía".

En el capítulo referido a Portugal, el Ejecutivo comunitario destaca que "las medidas de política fiscal para mitigar el impacto de los elevados precios de la energía, concretamente en forma de apoyo a la renta y reducción de los impuestos indirectos tanto para las familias como para las empresas, se espera que tengan un coste presupuestario del 2,1% del PIB en 2022".